Chantaje sexual en Ourense para ir al bingo

El juicio se celebró sin la presencia del acusado.
photo_camera El juicio se celebró sin la presencia del acusado.
Cada vez hay más casos de “sextorsión” en Ourense, aseguró el teniente fiscal, Julián Pardinas, en un juicio en el que interesó una condena: “Es necesario que la sociedad ponga límites a unas conductas que se extienden con asiduidad” 

No son casos aislados aquellos que son víctimas de un chantaje a través del reclamo del sexo, según aseguró ayer el teniente fiscal de Ourense, Julián Pardinas Sanz. “Son más frecuentes de lo que parece; en el Juzgado de Instrucción 3 tenemos abiertas unas diligencias con varios perjudicados”, recordaba antes de comenzar el juicio en el Penal 1  por una denuncia que se remonta a hechos sucedidos en septiembre de 2018.

La víctima, según ratificó, fue intimidado y recibió amenaza tras interesarse a través de internet por un servicio sexual. Y, aunque finalmente no llegó a concertar la cita, tuvo que pagar casi mil euros. El concepto, según las personas que estaban al otro lado, “por el tiempo perdido”.  Para el representante del Ministerio Público, el denunciante fue víctima de una sextorsión: “A través de la intimidación consiguen alterar la voluntad de la víctima”. En este caso, el perjudicado hizo dos transferencias por 500 y 450 euros ya que lo contrario los chantajistas  le causarían problemas tanto a él como a su mujer. Nada más recibir el dinero, se fueron al bingo a tentar nuevamente a la suerte. Cuando se quedaron sin efectivo, según la acusación, volvieron a requerir nuevos ingresos. La víctima, al comprobar que aquello no tendría fin, optó por denunciar y confesar.

El fiscal responsabiliza de esta extorsión a Ibrahim Y.M. y Alfredo S.G. Del primero nada se sabe y está en búsqueda, mientras que el segundo plantó la videoconferencia para la que había sido citado en Albacete. 

Alfredo fue acusado de un delito de extorsión -Ibrahim será juzgado cuando aparezca- por el que se enfrenta a una condena de dos años de cárcel.  No obstante, su abogado destacó que no hay pruebas “para desvirtuar la presunción de inocencia”. No era el titular del teléfono en donde se  recibió la transferencia por bizum ni usuario del mismo. Según la Guardia Civil que realizó la investigación, era de su madre pero “su hijo lo utilizaba”.

El fiscal interesó una condena porque “desgraciadamente la sextosión se está multiplicando en nuestra sociedad tal como revelan las sucesivas operaciones policiales llevadas a cabo en Ourense”. En todas ellas, las víctimas acaban doblegadas a lo deseos del chantajista por miedo a que se descubra en su entorno familiar o laboral  que contactó con una página de servicios sexuales.

Los acusados, según el fiscal, conocían el teléfono del perjudicado porque este había contactado el 15 de septiembre de 2018 con una supuesta página de contactos de adultos. El cliente llamó a un móvil, que supuestamente pertenecía a Ibrahim, para conocer el precio de un servicio sexual que no llegó a utilizar. Las entregas se realizaron a otro número, el mismo que -dice el fiscal- empleaba habitualmente el otro inculpado.

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