sanidad

El CHUO prohíbe al personal salir con "pijama" del hospital

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La gerencia endurece la norma de vestuario, que restringe el uso de la ropa verde a la zona quirúrgica. Las nuevas cafeterías no servirán a trabajadores con pijama verde y la ropa solo se podrá lavar en el servicio del CHUO

La gerencia del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense endurece la normativa de vestuario para su personal sanitario. En una circular remitida a los trabajadores hace unos días, el máximo responsable del área, Julio García Comesaña, explica los cambios que se comenzaron a aplicar el pasado miércoles 1 de agosto, que buscan acotar, "por motivos estritos de seguridade e hixiene", el uso de los uniformes de color verde (el de los "pijamas" que usan los cirujanos) al bloque quirúrgico, cuando hasta ahora era habitual verlos por todo el complejo.

No será posible ver ya, por ejemplo, gente de verde en las nuevas cafeterías recién estrenadas en el edificio de hospitalización. "Non se servirá a ningún traballador que vaia vestido total ou parcialmente coa indumentaria de quirófano", indica el gerente en el escrito.

En el resto de servicios del CHUO, el personal deberá vestir con el uniforme correspondiente, blanco salvo en la UCI y Reanimación, donde se utiliza el azul, "e ir debidamente identificado coa tarxeta corporativa en lugar visible". Además, en ningún caso se podrá salir del recinto hospitalario con el pijama puesto.

Entre las indicaciones planteadas por la gerencia, también señalan la prohibición de "lavar os uniformes nun lugar distinto da lavandería do hospital", un servicio externalizado que se realiza en León. Ante todos estos cambios, los dirigentes del CHUO recomiendan al personal "recoller os que teñan pendentes" en el departamento de lencería, dado que el Sergas entrega cada dos años nuevas indumentarias a sus trabajadores.


Pros y contras


Asunción Maus, delegada sindical en el CHUO, encuentra cosas positivas en la nueva normativa, pero también apunta una serie de inconvenientes para llevarla a cabo.

"Es cierto que se estaba haciendo una aplicación bastante laxa y al final estamos hablando de uniformes sanitarios y hay que tener cierto control", destaca Maus, que recuerda sin embargo que "hacen falta medios" para cumplir.

"La dotación de ropa debe ser la adecuada. Nadie se va a llevar el pijama por gusto a casa para lavarlo, pero cuando el servicio de lavandería tiene un mal funcionamiento no queda otro remedio. Además, antes se renovaban cada año y ahora es cada dos, la medida tiene que ir acompasada de otras cosas", afirma.

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