Se colaron por una vieja tubería cuando iban en busca de un remanso para depositar sus huevos

Cientos de peces mueren en una poza de O Muíño das Veigas

Los peces muertos, sobre el muro que delimita las pozas termales.
Cuatrocientos peces que habitaban en el cauce del río Miño murieron ayer asfixiados en una de las pozas termales de Muíño das Veigas. Entraron al recinto, que está delimitado del río, posiblemente por una vieja tubería cuando buscaban un remanso con agua estancada para depositar sus huevos.
Las pozas termales del Muíño das Veigas sirvieron de trampa para alrededor de 400 peces del cauce del río Miño. Murieron al entrar en contacto con el agua caliente cuando, según la concejala de Termalismo, Marta Arribas, posiblemente buscaban agua estancada en un remanso del río para depositar los huevos. ‘Entró uno y tras él fue el resto y murieron prácticamente en el acto debido a la temperatura del agua’, explicó la edil.

Los peces accedieron de madrugada en la poza y un agüista los encontró sobre las 10.00 horas flotando en el agua termal. El hombre alarmado por la situación alertó al Concello y a la Policía Local ante la sospecha de que murieran a causa de un vertido tóxico. Al lugar se trasladaron de inmediato técnicos municipales y patrullas de la Policía Local y del Servicio de Protección a la Naturaleza de la Guardia Civil. ‘Se está investigando lo qué pudo pasar, pero inicialmente entraron a la poza termal por un trozo de una vieja tubería que ya no está siendo utilizada’, lamentó Marta Arribas.

El trozo de tubería pertenece a un viejo sistema para evacuar el agua de las pozas termales al cauce del río Limia y, así, poder realizar labores de limpieza.

Técnicos municipales y fuer zas de seguridad inspeccionaron todo el recinto hasta encontrar el trozo de tubería. En un principio, no descartaron la posibilidad de que se tratara de un vertido tóxico y que los peces entraran en la termas, bien buscando comida que podría arrastrar la contaminación o escapando al quedarse sin oxígeno en el río. ‘Se recogieron muestras del agua para llevarlas a analizar y no se detectó ningún tipo de contaminación’, apuntó Marta Arribas.

El Seprona remitió un informe al Concello y otro a la Confederación Hidrográfica, cuyos responsables desplazaron un equipo técnico al lugar nada más tener conocimiento de la situación. Los técnicos recorrieron en varias ocasiones durante la mañana el cauce del río, entre las pozas de A Chavasqueira y Santa Cruz y ‘no se aprecia ningún síntoma de contaminación’, aseguraron fuentes del organismo de cuenca.

Las pozas estuvieron cerradas durante toda la mañana. Un trabajador municipal alertaba a los agüistas de lo sucedido y los invitaba a utilizar las termas de A Chavasqueira. Mientras, los técnicos recogían los peces muertos del agua para, parte de ellos llevarlos a analizar y los restantes enterrarlos. ‘Hay que tomar medidas y evitar que la situación se repita’, apuntó la concejala.

Las medidas pasan por colocar redes ecológicas en todos los agujeros que hay entre los muros que delimitan las pozas termales del cauce del río.

Subida de caudal

No es esta la primera vez que mueren peces al colarse en las pozas termales que jalonan el río Miño. En otras ocasiones, se debió a las crecidas del cauce al abrir las compuertas la presa de Velle o turbinar abundante agua para producir energía eléctrica. ‘Una vez en las pozas, encuentran el agua tibia y se quedan, pero al bajar el caudal no pueden salir y mueren debido a la temperatura que alcanza el agua’, explicaron fuentes de la investigación.



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