El cierre del campo de la feria dispersa la venta de uva foránea por la ciudad

Los productores que han llegado de fuera han buscado alternativas para cumplir con el protocolo sanitario

Al término de la finalización de la temporada de venta de uva foránea, los comerciantes vitivinícolas hacen balance de un año atípico marcado por el adelanto de las fechas de la vendimia y la dispersión de los puntos de venta por varias zonas de la ciudad, que ha roto los esquemas establecidos en el sector, a pesar de que las dificultades añadidas no merman en exceso la actividad de los negocios, los cuales reportan un mes de ventas "intenso y más corto".

"Vinimos el jueves 3, pero el ayuntamiento no nos dejó utilizar el recinto ferial debido al covid, así que buscamos un nuevo emplazamiento. Ha sido un poco cada uno a buscarse la vida", explica Roberto Barrero en el puesto de Frutas Barrero al lado de la N-120, en relación a la problemática que se encontraron a su llegada a la ciudad tras el viaje desde Zamora. Pese al cambio de ubicación, la flexibilidad de los vendedores ha propiciado la puesta en marcha de alternativas y la búsqueda de nuevos espacios con visibilidad para sus negocios. "Te tienes que adaptar a la nueva realidad. Si es bueno para Sanidad, para nosotros también", opina el gerente, del mismo nombre y apellido. 

En la rotonda de la entrada al Polígono de San Cibrao das Viñas, Ricardo Vega, de Uvas Los Vegas, comenta que, nada más llegar de León con la mercancía que recogieron en Albacete, se encontraron con la imposibilidad de montar el puesto en el lugar habitual: "Fui a preguntar dónde colocarnos, y el alcalde me dijo que me pusiese donde quisiera, por lo que vinimos a esta parte de Reboredo". El vendedor afirma encontrarse "muy a gusto" en su nueva ubicación, ya que "es un sitio tranquilo, espacioso y accesible" donde ha hecho "muchos clientes nuevos", aunque a los habituales, "que siguen viniendo en menor medida", les costó algo más encontrar la dirección: "Llamaban y a veces tenía que ir a recogerlos porque estaban como a cuarenta metros al sur", explica.


facturación y balance


En términos de facturación, el precio no varía demasiado respecto al año pasado. Se mantienen los 65- 70 céntimos por kilo, y la media de pedidos, aunque es "más variada", según Juan Fernández, gerente de Mafesa, sigue entre los 200 y 300 kilos. Los tipos de uva más populares tampoco cambian, con la mencía y el tempranillo como productos estrella, seguidas de la garnacha, "para dar color", y con la variedad de uva blanca a la cola de las solicitudes.

Los empresarios señalan "un bajón" en las ventas, pero coinciden en que el impacto ha sido menor de lo esperado: "El hecho de que sea un año seco hace que las viñas no rindan, pero esto aporta más calidad al producto y mejores ventas", destaca Hugo Rodríguez, de Frutas SAGA S.L. Barrero afirma que ha sido un mes "intenso y más corto; la gente se acercó al inicio por temor a que no pudiesen comprar más adelante", mientras que Vega coincide con la versión de su compañero comerciante y amplía: "Con el lógico bajón, se vendió bien, pero muy rápido y seguido. La primera semana fue la más fuerte. Veremos qué pasa el año que viene". 

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