Economía

El cierre de la hostelería por el coronavirus lleva a un bajón en las ventas de vino

La tabla de salvación para el sector en este momento son las grandes cadenas de supermercados

La crisis sanitaria que provocó el coronavirus COVID-19 supuso un vuelco total a la situación económica y el mundo del vino no se libró de él. Con los establecimientos de hostelería cerrados, la tabla de salvación del sector está en la alimentación, donde las bodegas podrán seguir vendiendo.

El presidente del Consello Regulador da Denominación de Orixe Valdeorras, José Luis García Pando, fue rotundo al confirmar el descenso en las ventas. "Baixará o consumo. Vaille a afectar ao viño. Non é un artigo de primeira necesidade", explicó. Las bodegas menos perjudicadas por las medidas que adoptaron el Gobierno central y la Xunta serán aquellas que tienen sus productos a la venta en los establecimientos comerciales. "As grandes empresas, que venden a grandes superficies ou supermercados seguirán vendendo, aínda que menos. No canal de restaurantes no se venderá nada", insistió García Pando.

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El presidente del Consello Regulador valdeorrés supeditó las consecuencias de la crisis a su duración: "Hai adegas que poden estar sen ingresos durante un mes", comenta. La aparición del coronavirus coincidió con un momento financiero de las bodegas que, en términos generales, "non é malo". Esta fortaleza debería permitir superar los difíciles momentos actuales, siempre con un ojo puesto en el tiempo que se mantengan.

La presidenta de la Denominación de Orixe Monterrei, Lara Da Silva, admitió ayer un "parón" en cierta parte del sector, principalmente, en la distribución a bares, restaurantes y cafeterías, obligados al cierre. Da Silva asegura que se mantiene la línea de los supermercados, pero reconoce que "pérdidas va a haber y estamos todos igual". No obstante, la máxima responsable de la denominación explica que cuantificar en estos momentos las pérdidas sería "muy atrevido" y que hablará, en su momento, con datos en la mano. "En el campo no se ha parado. La viña hay que trabajarla sí o sí, pero que se mueve poca mercancía es cierto". 

En O Ribeiro también se espera una bajada en la venta relacionada con la hostelería. Su magnitud, según apunta el presidente del Consello Regulador da Denominación, Juan Casares, "será proporcional ao tempo que estén pechados e tamén ao repunte que poida ter a venda por ese motivo no sector da alimentación, que podería amortiguar en parte a baixada".

Casares también manifestó su preocupación por lo que va a pasar una vez se retiren las medidas restrictivas, sobre la situación en la que quedarán las empresas, por eso señala que "aparte das medidas que implementen os gobernos de España e autonómico, teremos que facer estudios e ver que podemos facer para intentar estimular o consumo de viño en xeral e do Ribeiro en particular. Haberá que facer moitos esforzos na promoción na que terá que implicarse Medio Rural destinando recursos".

Los "colleiteiros" es el colectivo más afectado, asegurando desde la asociación que "están paralizados os pedidos", ya que fundamentalmente venden en el sector de la hostelería.

El presidente de la Denominación Ribeira Sacra, José Manuel Rodríguez González, declara que "haberá unha perda de vendas na restauración, e só queda a da alimentación", y añade que "a parálise na restauración será temporal e a ventaxa é que o viño é un produto de alimentación que se conserva". Reconoció, no obstante, que algunos productores se verán más afectados que otros porque sólo sirven a la restauración, "pero todos dunha ou outra forma imos sair afectados".

En todo caso, José Manuel Rodríguez estima que "o viño é dos sectores aos que menos lle vai a afectar a crise sanitaria. Non é o caso da de 2008. Agora, a xente ten diñeiro no peto e non gastará tanto". Eso sí, asumió que "haberá uns ingresos que non teremos neste tempo".

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