Viticultura

El cierre del negocio hostelero pone contra las cuerdas a la viticultura

Viñedos de la Denominación de Origen Ribeiro(ARCHIVO).
photo_camera Viñedos de la Denominación de Origen Ribeiro(ARCHIVO).
Solo la DO Ribeiro dejó de vender en diez semanas 1,1 millones de botellas en este canal, con una merma de ingresos de 5,3 millones

El sector primario es uno de los que mejor está capeando el temporal de la pandemia, al menos desde el punto de vista laboral, pero algunos productos asumen grandes pérdidas. Es el caso de la viticultura, especialmente importante en la provincia, con cuatro de las cinco denominaciones de origen gallegas. El cierre de la hostelería ha limitado la comercialización, el bloqueo de algunos mercados exteriores aplazó la exportación y la falta de alternativas mantiene el vino en las bodegas.

Algunos datos son reveladores. En O Ribeiro, la denominación de origen con más hectáreas cultivadas, más bodegas y más viticultores han acusado el parón de actividad. Según datos del Consello Regulador, el 90% de las 109 bodegas amparadas fían la mayoría de su negocio a las ventas al canal de hostelería, que ha estado cerrado desde la declaración del estado de alarma.

Esto significa que en diez semanas en la comarca se dejaron de vender 1,1 millones de botellas con respecto al mismo periodo del año pasado, con unas pérdidas de 5,3 millones de euros en el citado periodo. El canal de alimentación (supermercado e hipermercado) incrementó sus ventas medias en seis semanas un 25% y la semana que comenzó el 19 de abril el incremento medio fue del 29,4%. Una tercera vía, el comercio electrónico, creció en las plataformas de supermercados e hipermercados un 518%. Pero, aún así, la actividad se mantiene en números rojos, no solo en O Ribeiro, sino en el resto de comarcas productoras.

La situación puede obligar a muchos productores a plantearse su continuidad. Según datos del Ministerio de Agricultura, salvo Monterrei, el resto de las denominaciones de origen ourensanas han perdido viticultores en tasas superiores al 15% de media en diez años.

La falta de músculo financiero se agrava en épocas como esta, así como la ausencia de una diversificación o de una brecha digital que convierte a muchas bodegas en unidades de explotación obsoletas. Además, según la Agencia Tributaria, las exportaciones del sector en la provincia apenas suponen un 10% de media sobre la producción total. 

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