Los cinemómetros en la ciudad: de dos a nueve a lo largo del año

Ourense es la única ciudad gallega sin radar fijo. La Policía Local utilizaba uno que fue cedido por la DGT (instalado en un vehículo), aunque dispone de otro que casi siempre está en el taller. Pero, según la Policía Local, a lo largo del año se instalarán siete cinemómetros que podrán cambiar de ubicación. La velocidad ahora mismo no es un problema grave en la ciudad, según el inspector Benjamín González, sobre todo desde mayo de 2021, con la implantación del límite de velocidad a 30 kilómetros por hora en calles con un único sentido circulatorio. Los policías locales colaboran con la Guardia Civil de Tráfico estos días en una campaña específica sobre control de velocidad que durará toda la semana. Ayer estuvieron en O Couto, a la altura de Rabo de Galo, en donde se instalará una de las cabinas. Y no fue casual, según aseguró ayer el teniente del Subsector de Tráfico Juan Carlos Nogueiras Iglesias. El primer día de campaña se interceptó a un conductor a más de 100 kilómetros por hora en una zona limitada a 80. La velocidad, no usar los sistemas de retención y la conducción bajo los efectos del alcohol y drogas son una de las principales causas de mortalidad en las carreteras de Ourense. La Policía Local denunció en lo que va de año -hasta ayer mismo- a 436 conductores (293 hombres y 56 mujeres) por beber más de la cuenta (en el mismo periodo de 2021, fueron 106) mientras que otros 177 dieron positivo en el test de drogas. El exceso de alcohol no solo afecta al bolsillo y el carné, por pérdidas de puntos, sino que llevó a 87 automovilistas al juzgado este año. Según confirmó González, “en los seis primeros meses de este año en el casco urbano se instruyeron 164 atestados por delitos contra la seguridad del tráfico”. Además del alcohol, 67 personas pasaron por el juzgado por conducir sin autorización administrativa. Entre ellas, una mujer imputada en seis ocasiones por el mismo motivo: la pérdida de vigencia del permiso. En la Policía Local, valoraron la reducción de la velocidad en vías urbanas a la hora de reducir la gravedad de los accidentes, sobre todo los atropellos. El riesgo de morir del peatón cuando es arrollado por un coche que circula a 30 kilómetros por hora es del 10% mientras que si es de 50 km/h el riesgo se eleva al 90%. La campaña de velocidad, tanto en vías urbanas como interurbanas, que ahora está en marcha tendrá continuidad a lo largo del verano. El subdelegado del Gobierno, Emilio González Afonso, mostró su preocupación por el incremento de desplazamientos, lo que eleva el riesgo potencial de accidente. Según dijo, los conductores ourensanos aún no tienen suficientemente interiorizado el peligro que supone pisar el acelerador. “A recomendación do Goberno central é prudencia, respetar a señalización e ter en conta que a velocidade é un factor de risco moi importante con consecuencias fatales en calquer tipo de accidente”, destacó.