Deambulando

Circunvalando las laderas de San Mamede

Bajada desde lo alto de la sierra por esta ladera norte cuando la nieve domina.
photo_camera Bajada desde lo alto de la sierra por esta ladera norte cuando la nieve domina.
Da para muchas rutas la sierra de San Mamede, sin descontar que ya era un referente para los capitalinos de los años 50-60. No había año sin nieves por allá arriba; empezaban a caer por diciembre y duraban hasta marzo o abril; ahora hay años que no cae una gota o si acaso de esas nevadas por un día. 

Con los primeros esquíes, esos en los que maestros los hermanos Villalba, que los “forjaban”en las calientes aguas de As Burgas, se subía desde el santuario de Os Milagres, antes Los Milagros, donde paraba el autocar de la empresa de línea regular del Mangana, y luego, esquíes al hombro, te dabas la paliza de 15 kilómetros gran parte en subida para echar unas esquiadas, los más avezados por la cara norte y los menos por las poco inclinadas laderas de la cima si acaso. La vuelta, aunque cansados, de tanto remonte, se hacía con mucho ánimo por parte de ese medio centenar de aficionados entre los que pocas veces me encontré.

ruta san mamede

San Mamede es esa sierra del llamado sistema del Macizo Central ourensano que conforman, además, la de Queixa, Invernadeiro, Samión y Fial das Corzas. Así llamado porque ocupa el centro de la provincia y porque las características de estos montes tanto geológicas como florísticas o faunísticas son similares.

Decir que se conoce la Sierra de San Mamede por ir un par de veces o diez es no decir nada.  Hay rutas por todos los flancos. Numerosas pistas de tierra la atraviesan, así como cortafuegos, senderos, que de otro modo harían imposible el acceso porque la vegetación de brezos, retamas y tojos impedirían cualquier progreso.

DESDE CASAS DE A ERMIDA-ALTODE SAN MAMEDE

Esa ruta tiene su principio y remate en las conocidas casas, en este caso cuadras, de A Ermida. Preferimos emprenderla en dirección norte, porque a la vuelta se gozará con el Sol en el ocaso. Se emprende la marcha por pista que entre pinares nos llevará a las cercanías del que fue centro medioambiental del Coudillo a cuyo frente estuvieron Amigos da Terra hasta que se les cortó la subvención y debieron dejar aquello que funcionaba como aula de la naturaleza  con su centro de formación, su planta de depuración de aguas, su aerogenerador que suministraba electricidad a la instalación. Todo se fue al garete y lo último es que esas bandas de furgoneta o camión han desmantelado el complejo. Un mal ejemplo esto abandonos

Como nos queda a desmano, aunque casi a la vista, preferimos continuar hacia la cima de la sierra cuando llevamos salvados más de 300 metros de desnivel y para la cima faltan otros tantos. Pasamos al lado del aerogenerador, de unas vacas que suelen sestear en esa campa a modo de mallada y en dirección este avistamos los penedos o picos de la sierra, el Penedo das Mozas, el Negro, el de Os Afeitados. Como aquí se dominan la vertiente sur y la norte, vale la pena una breve detención, porque lo que resta de subida un tanto llevadero por esta pista que en domingos para diversión de qads, enduro o motocross. Pasamos al lado do Penedo das Mozas donde algún pinito más que de escalada de rapel. Recuerdo que una avioneta que venía de Vigo se estrellaba en esta falda oeste a menos de 500 metros de la cima.

En la cima, como planicie, nos encontraremos con un área de descanso, mesas; lo mejor, el agua; al lado, el refugio, y en la cumbre la capilla del santo que debió levantar la comunidad de montes, porque cuando de muchachos por allá pululábamos, de la tal ni la muestra.

SAN MAMEDE-COLLADO DAS CANADAS

Tomaremos la pista en dirección sureste, la cual va flanqueada por talud a la izquierda y a derecha un amplio panorama y una como gran ladera cóncava donde brotan esos arroyuelos que nutren al Arnoia, de los cuales tres, el principal nace en As Canadas. Los tres arroyos se unen y en Rebordechao dan nombre al río que un día quisimos hollar en sus orígenes con un grupo de amigos alaricanos entre los que Alberte Oro, Antón Feijóo, Fonso García… desistiendo de ver sus fuentes por la cerradísima vegetación que lo impedía, sobre todo unos brezos o uces que alcanzaban alturas superiores a nuestra talla. Si no dimos con sus fuentes lo celebramos como sí, a manteles en la no muy lejana Vilar de Barrio.

La pista se hace llana, se ven al fondo las casas de A Ferrería, que lo fueron de explotación férrea allá por donde pasa el río de los cuatro nombres: Chandrexa, Queixa, que también Edreira, y finalmente Navea. Más adelante la pista se ofrece del costado diestro con toda la panorámica al valle de Rebordechao. Estamos en las proximidades de la silla de la Reina, un sillón hecho de lajas de pizarra, que más trono pareciere. Debemos desviarnos un poco a izquierda si nos queremos sentar, avistando o Outeiro do Cregos donde una estación de vigilancia de incendios.

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