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La ciudad aportará 30 ‘maios enxebres' y artísticos a la fiesta tradicional

La exhibición y el concurso tomarán el domingo el relevo de Verín, O Barco y Allariz con una gran celebración en el paseo y Lamas Carvajal

La suerte ya está echada. Los maios están prácticamente finalizados en la ciudad. Tan solo están a la espera de los últimos detalles naturales para evitar que presenten un aspecto "marchito" el día grande: el domingo, cuando sean expuestos en el Paseo y en la calle Lamas Carvajal, y se sometan al veredicto del jurado para optar a alguno de los premios que concede el Concello.

La participación para esta nueva edición también se prevé alta, como sucedió el año pasado, cuando se alcanzaron los 32 maios, tras haber pasado por épocas más flojas, con 19 en 2012 o 17 en 2011, ya que poco antes del cierre del plazo se habían contabilizado 28 inscritos, cifra a la que hay que añadir los llegados a última hora, que aún no han sido sumados.

Para muchos participantes en el concurso de maios, "lo más bonito es el proceso de elaboración, buscar el material, trabajar conjuntamente", indica Iago Martínez, universitario que está elaborando un maio tradicional con un grupo de amigos.

Además, permiten dar rienda suelta a la creatividad y a la imaginación en lo que respecta al maio artístico, categoría en la que la asociación vecinal de Rabo de Galo parece no tener rival, al conseguir el primer premio durante años.

Artísticos y enxebres

La organización de los maios por parte del Concello surge en el año 1946, previamente esta actividad corría a cargo de una sociedad cultural, y será precisamente esta dirección municipal la que, según algunos estudiosos de los maios, propicie la introducción de fuentes, puentes, fachadas de iglesias, o cruceiros, surgiendo así la modalidad de los maios artísticos.

En cuanto al origen de los maios enxebres, los de forma cónica o piramidal, son varias las teorías. Para algunos etnógrafos, como Xoaquín Lorenzo Xocas representan un montículo celta por su forma, pero para otros son herederos de los monumentos paganos que adoraban los antepasados. Antiguamente, dentro de la estructura se metía a un niño de los que portaban el maio y cantaba las coplas. Esta modalidad no ha desaparecido, y cada año se puede ver en el Paseo un maio con un niño dentro.

El musgo que adorna el maio debe ser cosido a la tela y no puede quedar a la vista ningún trozo sin él. Si no se cumple este requisito y se opta por pegar el material, solución más rápida, el maio queda descalificado.

Material robado

El maio tradicional sólo admite materiales naturales y antiguamente debían ser robados, era una tradición ceremonial, y como recuerda el pedagogo José Antonio Tarrío en sus investigaciones sobre las tradiciones populares gallegas, una copla así lo pone de manifiesto: "Para facer este maio / tivemos que ir roubar / as laranxas e o fiuncho / a horta do Ferradás".

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