La ciudad y el entorno olvidan el río y frenan proyectos clave

RIVELA (COLES) 25/01/2020.- Embarcadero de Rivela y vistas Miño. José Paz
Es la única de las urbes fluviales que no ofrece actividades de ocio en el cauce para dinamizar el turismo

El veto a la navegabilidad en los tramos urbanos del río Miño y su entorno aguas arriba del embalse de Velle sigue ejerciendo de efecto discriminador. Esta misma semana, en la Feria Internacional de Turismo, volvía a salir a la palestra lo desaprovechado que está el Miño. Ourense es la ciudad fluvial que da más la espalda a su río, al ser la única de las urbes con ríos grandes que no ofrece actividades en el cauce.


Un catamarán a Os Peares


Actualmente, varios proyectos que podrían estar en marcha siguen aparcados. Por un lado, la imposibilidad de navegar a motor en el embalse de Velle tiene frenado el proyecto de catamarán entre ese punto y Os Peares, algo que sería un complemento idóneo para la Ribeira Sacra pero que no tiene visos de prosperar a corto plazo.


Conexión


Por otro lado, sigue varado un proyecto de navegabilidad que había propuesto a inicios de 2019 el Concello de Ourense, para hacer navegable el río entre el entorno del Puente Viejo y la zona termal.  "Sería espectacular la posibilidad de tener barcos que comunicasen una y otra parte del río y que llevasen a los usuarios a la zona termal desde la otra ribera", indica Miguel Paz, un veterano navegante del Miño.


Oferta lúdica


Aparte de estos dos proyectos, que relanzarían el potencial fluvial de la ciudad, también está el apartado del turismo deportivo. Recientemente, una competición de esquí náutico no pudo celebrarse en Barra de Miño y tuvo que irse hacia el embalse de Frieira, por el veto al uso de embarcaciones de motor. 

Los organizadores, que tenían previsto apostar por la ciudad, tuvieron que marcharse hacia la zona de Cortegada. "Vino gente de toda Galicia, norte de España y norte de Portugal", destacan gente cercana a la organización. Otro mercado para poder mirar hacia el río y ganar visitantes que se ve truncado por la legislación vigente.

Aunque la falta de aprovechamiento del río no es solo cuestión de legislación, ya que según la Confederación Hidrográfica Miño-Sil (CHMS), se permite "previa declaración responsable la navegación a remo y a vela", con unas condiciones de longitud concretas "y con ausencia de rápidos y obstáculos que dificulten la navegación". 

Es decir, a motor no, pero sí se podría aprovechar el tramo urbano del Miño para oferta lúdica y de ocio, con piraguas, kayaks, al menos mientras las autoridades no presionen para conseguir que se pueda navegar en barco.


Sin oferta


Hoy en día, Ourense es la única ciudad en la que pasa uno de los grandes ríos españoles que le da por completo la espalda a estas actividades deportivas, lo cual pone en una situación de emergencia todavía más grave. El alquiler de barcas y kayaks queda recluida a las zonas de Barra de Miño y Rivela (ambas en Coles), en los meses de verano.


Competencia Aguas Abajo


Mientras se sigue esperando a que alguien proponga algo para dinamizar esta zona, aguas abajo, ya se han puesto las pilas y ya tienen calendario para empezar a mirar hacia el río y sacar provecho desde el punto de vista turístico, y siempre apostando por la sostenibilidad ambiental.

Ya hay fecha: en julio de 2020 se estrenarán los barcos de 25 pasajeros entre Salvaterra do Miño y Tui, que harán escala también en las ciudades portugueses de Monçao y Valença do Minho. Anteriormente, fue Lugo la que sacó provecho al río, con un catamarán que llegaba al área de Os Robles, en la ciudad, pero que ha tenido que suspenderse hace dos años por la falta de caudal tras la pertinaz sequía.

Actualmente, la navegabilidad interior –es decir en ríos o lagos–  sigue siendo un hándicap para el desarrollo en toda España, muy lejos del resto de Europa.


Las ciudades dan un giro y empiezan a apostar por el turismo fluvial 


Ourense sigue siendo un caso único en España, ya que vive por completo de espaldas al río, una situación que no ocurre en el resto de urbes donde transcurren grandes ríos, que en los últimos años han intentando recuperar el tiempo perdido. El Guadalquivir es el referente, ya que cuenta con 657 kilómetros navegables, y ofrece cruceros entre ciudades, paseos en barco por Sevilla o rutas para ver el parque de Doñana en Sanlúcar de Barrameda. 

El Ebro, volcado
Pero no es este el único caso, ya que otras ciudades, si bien no sea a motor en la mayoría de casos, aprovechan el río para ampliar su oferta lúdica y turística. Es el caso del Ebro. En Zaragoza funcionaba desde 2008 a 2015 tenía un Ebrobús, que daba rutas para ver los principales monumentos, pero que dejó de funcionar al entrar un nuevo gobierno que se negaba a dragar el río. Ahora, sigue contando con el mayor Acuario Fluvial de Europa, así como "ecoturismo fluvial" de abril a octubre, ofreciendo actividades acuáticas para despedidas de soltero, turismo de congresos...

El Duero vuelve a navegar
En el caso del Duero, es completamente navegable en el tramo portugués, llegando hasta Oporto cantidad de barcos turísticos. En la parte española, Soria ofrece rafting, kayaks y piraguas, en un descenso de ocho kilómetros hasta la capital. Ya en el tramo urbano, recuperaron hace un lustro el alquiler de remos y piraguas. En Zamora, han puesto barcas gratuitas en la ciudad, y han convertido el Duero en una especie de parque acuático.

El Guadiana, el camino
En el caso del Guadiana, en Badajoz llevan cuatro años con un proyecto aprobado para devolver la navegabilidad y crear un barco turístico, que espera la respuesta de la Junta. Mientras, está en marcha un plan para recuperar embarcaciones recreativas.

El Segura, con barco
En el río Segura, a su paso por Murcia, también están entregados al turismo náutico. Además de contar con una empresa que da paseos en barca por el tramo urbano, estrenaron en 2019 "Murcia Río", el primer crucero turístico del Segura, que tiene capacidad para 40 personas y ofrece viajes a 2,5 euros por persona. n

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