ENTREVISTA

"La ciudadanía quiere decidir más desde el 15-M"

El politólogo y escritor ourensano Braulio Gómez (XESÚS FARIÑAS)
photo_camera El politólogo y escritor ourensano Braulio Gómez (XESÚS FARIÑAS)

Braulio Gómez, politólogo y escritor ourensano

El politólogo e investigador de la Universidad de Deusto, en Bilbao, Braulio Gómez, acaba de publicar "¿Cómo votamos en los referendums?". El ourensano, que disfruta de sus vacaciones en O Pol- vorín, expone dentro de esta obra, las claves para entender el pensa- miento del ciudadano a la hora de votar una decisión política.

¿Qué analiza dentro de este libro?

Trato de contar qué es lo que tienen los ciudadanos en la cabeza y en el corazón, una vez que se ha con- vocado un referéndum, para poder justificar su voto. En España, se está hablando últimamente de posibles referendums relativos a la autodeterminación catalana o a la jefatura de Estado, pero tenemos muy pocos conocimientos sobre cómo se comportan los ciudadanos en una votación así: si hacen caso a los partidos, si votan más o menos, si se informan antes sobre lo que se está decidiendo... Mi idea es divulgar lo que ya se sabe desde la Ciencia Política sobre esta materia.

¿Influye mucho la ideología a la hora de votar en un referéndum?

En países como España, donde el asociacionismo es muy bajo, los principales actores en un referéndum son los mismos que en el resto de elecciones: los partidos políticos. Todos los que piensen que con el referéndum aparece el ciudadano libre y sin mediadores para la toma de decisiones se llevará un jarro de agua fría cuando vea que las campañas electorales están monopolizadas por los partidos políticos que tanto odian últimamente los ciudadanos.

¿Cree entonces que no hay diferencia entre un referéndum y los otros procesos electorales?

En la visualización de los colores políticos durante una campaña, no habría diferencia. Por ejemplo, en un supuesto referéndum catalán, veríamos a CiU y a Esquerra Republicana pidiendo la independencia. Los políticos no serían plataformas civiles, sino que tendrían el mismo color que en las elecciones municipales, autonómicas o nacionales.

¿Considera que ha evolucionado nuestra forma de votar?

Lo que más ha cambiado en los últimos años han sido las ganas de votar que tienen los ciudadanos. España es el país de Europa donde la sociedad tiene más ganas de participar en la toma de decisiones, y esto ha cambiado desde el 15-M que dio comienzo al movimiento de los "Indignados". Se ha creado una nueva ciudadanía, formada sobre todo por jóvenes críticos y combativos, que desean participar más en la toma de decisiones, más allá de votar en cada elección.

En la democracia actual se han celebrado referendums sobre la Constitución española, la per- manencia en la OTAN y la Constitución europea. ¿Son pocos o son demasiados?

Si mirásemos sólo el número, pensaríamos que son muy pocos para los 35 años que llevamos de democracia. Pero si miramos a democracias de nuestro alrededor que deberíamos envidiar por su buen funcionamiento, como Dinamarca, Noruega o Finlandia, que tienen una larga tradición democrá- tica, han celebrado de media un número casi igual al de España. El número en sí no nos dice nada, pero aquí los consideramos escasos por la desconfianza que hay hacia los políticos, por lo que es conf lictivo que sean tan pocos. Mientras, en estos países los ciudadanos confían mucho en los que toman las decisiones, por lo que no hay esa demanda.

¿Qué ha causado esta desconfianza?

El problema más grande que ha tenido nuestra clase política ha sido la falta de respuestas a la crisis económica, porque no ha dado soluciones y, además, se ha visto salpicada por la corrupción. Esto ha generado un deterioro fulminante en la confianza en nuestros representantes políticos, principalmen- te las fuerzas que están en el poder, y ha hecho que partidos como Podemos se aprovechen de estos problemas, ya que si estos no se hubiesen producido sería muy difícil que consiguiesen tantos votos en las europeas en tan poco tiempo.

¿Son adecuados los referendums sobre Cataluña y sobre la monarquía?

Son dos casos distintos. La demanda de un referéndum en Cataluña es mayoritaria entre los ciudada- nos y partidos catalanes, con lo que una votación sólo para ellos sería una salida positiva dentro del pertinente marco legal si pensamos que los políticos deben atender las demandas de los ciudadanos, y esta problemática no es inventada. En el caso de la monarquía y la república, las encuestas han demostrado que a la mayoría de los ciudadanos le gustaría que hubiese un referéndum, aunque la mayoría sigue defendiendo la figura del rey. No hay que valorar la conveniencia de los referendums según la situación política de cada momento, lo que hay que tener en cuenta es que un referéndum perjudica siempre a las minorías, y eso no es democrático, pero dado el momento actual, sería oportuno que en un asunto en que hay demanda popular, las instituciones activasen este instrumen- to de democracia participativa. 

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