La gestora se nombrará la próxima semana mientras sigue la polémica, con bajas de afiliados
Ciudadanos trata de recomponerse en Ourense de la crisis interna generada por la disolución de su junta directiva por parte de los dirigentes autonómicos, que aluden a "una dejación de funciones y discrepancias" mientras miembros de la misma se revuelven contra la decisión, señalando directamente al secretario de organización de la formación naranja, Laureano Bermejo.
El también concejal en Ourense, donde se estrenó ayer en su primer pleno, ya maneja una hoja de ruta para intentar otorgar estabilidad al partido en un año clave, dado que en 2020 está prevista la celebración de las elecciones autonómicas, en las que Ciudadanos aspira a entrar por primera vez en el Parlamento.
Para ello, prevé que haya una junta directiva con plenas responsabilidades después del verano, al entender que julio y agosto son meses de transición para encauzar el proyecto, procediendo la semana que viene a nombrar, con la autorización de la dirección estatal, una gestora que pilote el rumbo de Ciudadanos en Ourense hasta la renovación oficial de sus órganos.
La diputada de la formación naranja en el Congreso Beatriz Pino se pronunció ayer sobre la situación de su partido en la ciudad de As Burgas, asegurando que se trató de una "petición directa" de los propios afiliados ourensanos que "hicieron aflorar" la "falta de trabajo" y su "descontento".
Esta visión no es para nada compartida por los miembros de la destituida junta directiva, que ven "injusta" la decisión y han decidido presentar un recurso de amparo ante el Comité de Garantías y Valores de Ciudadanos, solicitando que se anule la destitución y que se abra un expediente disciplinario y de expulsión a Laureano Bermejo "por abuso de poder, actuación antidemocrática y daño contra el honor".
Todo esto sucede mientras se empiezan a producir las bajas de afiliación en Ciudadanos de algunos militantes. Así, el candidato al Senado en las últimas elecciones Generales Ignacio Martín Amaro explicó ayer que se desvincula del partido naranja junto a Alfonso Eirín, que era responsable de municipalismo. "Es de suponer que vendrán muchos más y si ya éramos pocos, después muchos menos, por culpa de Laureano Bermejo", explica Martín Amaro, que considera que lo sucedido hasta ahora obecede a una intención del secretario de organización de "colocar una gestora a su gusto y capricho".
Fuentes de la dirección autonómica insisten en que los miembros destituidos no realizaban el trabajo adecuado durante los últimos meses y que actuaban al margen del partido, programandos actos sin conocimiento del mismo.
