Con el recuento aún caliente el presidente del Gobierno convoca nuevo proceso electoral, en este caso las generales para julio. Pero aún queda mucho que desbrozar de los resultados de las municipales del domingo.
En la ciudad, por ejemplo, hay dos posibilidades abiertas. Por un lado Jácome, que podría gobernar en solitario, y por el otro PP, PSOE y BNG que suman 17 escaños, pero con una distancia ideológica muy importante.
Hay otras dos coincidencias entre los tres. Una de ellas es la promesa de que ninguno apoyaría a Jácome como alcalde y el otro que los tres partidos han presentado denuncias contra el regidor por las supuestas irregularidades cometidas en su etapa como alcalde después de los escandalosos audios publicados por La Región en las últimas semanas.
De todas formas, la convocatoria de las elecciones generales puede condicionar este eventual y complicado pacto. ¿Por qué? Porque es difícil que populares y socialistas se pongan de acuerdo en la ciudad mientras en el resto de España se tiran los trastos a la cabeza en campaña. Ourense no pesa tanto como para eso. Ahora bien, también sería para nota que mantuviesen a un alcalde al que han denunciado por hechos muy graves y por los que le han llamado corrupto con todas las letras.
