La inflación castiga todos los bolsillos, tanto de familias y empresas como de la Administración. Una información de La Región recuerda como el año pasado las licitaciones desiertas en la provincia de Ourense siguieron creciendo, hasta paralizar 3,42 millones de euros de las arcas públicas en 44 contratos de obras o servicios para los que no se postuló ninguna empresa.
Esto supone, desde el punto de vista público, un frenazo a la inversión y al empleo en las empresas del sector de la construcción, que sigue travesando su particular travesía del desierto.
Sin embargo, este asunto puntual no debe alejarnos de lo mollar del asunto. Ourense nunca ha sido una provincia muy beneficiada por las inversiones públicas, como así lo demuestran los retrasos acumulados en compromisos que están por cumplir.
Por lo tanto, aceptamos que la inflación ha perjudicado la licitación pública. Pero lo aceptamos solo como una excusa más de las muchas que a diario escuchamos de boca de los representantes de las administraciones.
