Con la sensación de estar en deuda. Así afronta el COB el duelo de esta tarde, desde las 19:00 horas a través de Telemiño, ante el Gipuzkoa a domicilio. Y es que las sensaciones de la última derrota liguera en Lleida pesan. Tocó trabajar entre semana para que no se repita el fondo y, sobre todo, la forma. Los cobistas dieron un paso atrás en los brotes verdes que se dejaron ver en jornadas recientes y ahora necesitan regresar a la senda de la solidez. Agarrarse a los partidos como lema innegociable. Lo tratarán de hacer en una pista difícil, ante un rival que se sobrepuso a un arranque complicado y atraviesa un momento dulce.
El equipo que dirige Félix Alonso recupera al croata Fran Pilepic para la causa aunque seguirá sin contar con Seydou Aboubacar y Stojan Gjuroski. En el caso del pívot de Níger se espera que la próxima semana pueda ir aumentando su carga de trabajo. Los demás, tendrán que dar un paso adelante para ser el equipo intenso en defensa, con alternativas en ataque y sin desconexiones fatales que demostró ser en Alicante o ante el Andorra.
“Tenemos que tratar de rearmarnos después de la última y dura derrota que sufrimos en Lleida y recuperar sensaciones. Será importante no recibir parciales, algo fundamental para nosotros porque desde que estoy aquí, exceptuando el día de Iraurgi, no lo hemos conseguido ni siquiera el día de Andorra, a pesar de llegar a tener opción de competir por el partido. Es algo que debemos evitar, para poder agarrarnos mucho más fuerte a los encuentros”, analiza el preparador cobista.
Las defensas
Preparados para un duelo de trincheras. Porque el Gipuzkoa es la segunda mejor defensa de la LEB Oro y buscará explotar sus virtudes. Los bases del COB, y ahí entra especialmente un Chaz Williams lejos del nivel esperado (y necesario), tendrán que saber llevar el guion a su terreno. En ataque, anotadores fiables como Zamora, peleado con el aro en los dos últimos duelos, necesitan rencontrarse con el “picorcito”. Los buenos minutos del trío “LEB Plata” (Nogués, Del Águila y Ventura) y, por dentro, la evolución en minutos y juego de Kur Kuat, son otros aspectos a seguir detenidamente.
Porque los vascos no son de dar muchas oportunidades. “Son un equipo que juega muy bien al baloncesto, con las ideas muy claras tanto en defensa como en ataque. Condicionan mucho los ataques del adversario, a lo mejor no tanto en momentos determinados a nivel de agresividad e intensidad, que también lo tienen, sino más enfocado a un tipo de defensa inteligente con un buen scouting del rival”, explica Alonso.
La anotación de Jaworski desde fuera, las batallas a la espalda de un experimentado Sollazzo, la dureza de Delas y la aportación de los hombres de la casa, pilares de un Gipuzkoa que cree a pies juntillas en lo que hace y la forma de hacerlo.
Un partido para salir de la mala racha, rebelarse ante un calendario complicado y dar un golpe encima de la mesa de una parte baja de la clasificación que promete emociones fuertes. Nadie se resigna. El COB quiere oxígeno en su segunda salida consecutiva. Misión complicada, dicen los números, pero el equipo demostró tener dentro armas para hacerlo. Eso sí, tendrán que sacar todas y cada una de ellas.
