Coches clásicos aparcan en Ourense con una meta solidaria

La Concentración de Clásicos Solidarios de la Escudería de Clásicos de Ourense reunió a más de un centenar de participantes. El propósito del encuentro era donar más de mil kilos de comida al Banco de Alimentos, una cifra que se superó finalmente.

A uno de los visitantes de Ourense le llama la atención un coche en particular. Se acerca, dobla la espalda, hinca la rodilla y pega su cara a la ventanilla del Alpinche de Estanislao Reverter. Es uno de los muchos coches que participaron ayer por la tarde en la octava edición de la Concentración de Clásicos Solidarios, y que hicieron retroceder el entorno del claustro de San Francisco a otras épocas del automovilismo. El objetivo, recoger al menos mil kilos de comida en beneficio del Banco de Alimentos.

El presidente de la Escudería de Clásicos de Ourense, Paco Fernández, cifró en 127 los vehículos inscritos. Podía apuntarse cualquier coche con una edad de más de 30 años, y cada uno de ellos debía donar diez kilos de alimentos. “Podemos certificar que vai haber 1.270 quilos de comida, pero podo dar fe de que hai un montón de xente que case duplica a aportación”, explicó Fernández: “O reto está cumplido, cen coches, mil quilos”.

En la entrada del recinto del evento, dos furgonetas aguardaban los donativos de los inscritos. En su interior se podían ver bienes básicos como pasta, legumbres, arroz o pañales. Uno de los alimentos favoritos de los participantes para ceder a la beneficencia, con una presencia destacada, era la leche.

A la hora de la final del Mundial de Qatar

El evento solidario resistió al tiempo amenazador aunque, sobre todo, resistió al fútbol. El globo estaba pendiente de las evoluciones de Messi y Mbappé en la final del Mundial, pero eso no evitó que aficionados del automovilismo y curiosos se citaran para compartir un pedazo de historia. “Aínda falta algún por vir porque o fútbol está facendo mella. Creo que quedan 22 ou 23 coches por chegar”, comentó Fernández. Posteriormente, se sortearon embutidos entre los asistentes, tal y como detalló el presidente de la escudería.

Algunos niños alucinaban con los modelos que participaron en la concentración. El Seat 600, un Porsche o varios coches Mini fueron solo algunos de los protagonistas, descansando aparcados mientras de fondo sonaba otro clásico: Manolo Escobar.  Eso sí, la meta de todos ellos era la solidaridad.

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