TRÁFICO

Los coches mal aparcados colapsan hasta una decena de calles en Ourense

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La Policía Local sancionó a 230 conductores en los cinco primeros meses por estacionamientos que obstaculizan el tráfico 

Es una realidad evidente. La doble fila se ha hecho dueña del entramado urbano. Y para demostrarlo no hace falta recurrir a datos, sino ponerse al volante y atravesar la ciudad, especialmente en hora punta, aunque ha llegado el punto en el que da igual lo que marquen las agujas del reloj. Las principales vías de tránsito de la ciudad supone una especie de eslalon, de origen a destino. Y es que más allá de la obstaculización del tráfico rodado, esta práctica provoca graves problemas porque anula el 50 por ciento de la capacidad basal de la vía, con lo que se ralentiza el tráfico y se produce el colapso circulatorio. En el peor de los casos, tiene lugar una colisión entre vehículos o un atropello, ya que un coche aparcado en doble fila impide la visibilidad del conductor al peatón y viceversa.

¿De qué vale tener dos carriles si uno está ocupado de arriba a abajo por coches mal aparcados? Una pregunta recurrente en la calle Xoán XXIII a media mañana. "Llegan y aparcan para hacer un recado que dura media hora", apunta a pie de calle Roberto Nóvoa, un peatón cualquiera. "Tardo más en meterlo al parking que en ir rápido a comprar unas cartulinas", dice un conductor. Y así.

Pero la escena no se reduce a una única vía o barrio. A ésta se suman las avenidas de Nosa Señora da Saínza, Portugal, Buenos Aires, Santiago, Zamora y Habana. Tampoco se quedan atrás las calles Progreso, Ervedelo, Ramón Cabanillas y Doctor Fleming. La lista es más larga, pero por ser éstas las que más tráfico soportan, son las más sufren las mayores y peores consecuencias. El sonido de las bocinas es una constante, así como los coches que se cambian de carril para poder continuar su marcha, los frenazos o los cuellos de botella, que acaban siendo el único desenlace.

Sanciones

La Policía Local no da tregua a la doble fila, un mal endémico a pesar de las sanciones a los conductores para evitar las complicaciones que causan en la circulación los vehículos mal aparcados. Y es que la multa supone 200 euros, que se reducen a la mitad por pronto pago -el abono durante los 20 primeros días desde que el infractor recibe la notificación-.

En los cinco primeros meses de este 2016, los agentes del cuerpo municipal pusieron un total 230 denuncias repartidas en más de un centenar de calles por este motivo, un número que se lleva manteniendo a lo largo de los últimos años. Pero el montante no refleja la realidad. "Si se multase a todos los conductores que aparcan en doble fila, ese número de multas sería cada semana", explica Xoán Carlos Bouso desde el sindicato mayoritario de la Policía Local, SPPME. "La escasez de medios y de personal, en conjunto con la falta de planificación de la Jefatura, hace que nuestro trabajo sea reactivo y no preventivo", apunta el policía. La solución para el sindicato pasaría por la prevención mediante controles rutinarios, "como hacemos con las alcoholemias", añade. Una multa aislada "no sirve para concienciar", apostilla el agente.

Normalidad

La realidad es que la doble fila se ha instalado en la ciudad como una circunstancia normal. "Este es el problema al que hemos llegado", explica Bouso refiriéndose a que "uno va al volante y como sabe que el centro está colapsado emprende su marcha por las afueras".

A los coches que aparcan en doble fila se suman los que utilizan espacios reservados para autobuses urbanos o zonas de carga y descarga, que obligan a los conductores de estos servicios a hacer sus paradas también en el carril de circulación. En este epígrafe, la Policía Local lleva acumuladas 78 multas de enero a junio.

Son las anomalías en el tráfico rodado lo que inquieta a los agentes implicados en la Mesa da Mobilidade, que traslada al Concello sus propuestas para la pacificación del tráfico. En materia de doble fila, coinciden en la necesidad de abrir aparcamientos disuasorios en las principales vías de entrada a la ciudad y dotar a la Policía Local de más agentes para que sus servicios cubran más superficie simultáneamente.
Es ésta precisamente una de las principales reivindicaciones del propio cuerpo, a la que además suman la escasez en medios materiales, especialmente vehículos. "Todavía está pendiente la puesta en marcha de tres vehículos adjudicados por concurso", explican desde el sindicato.

Sea como fuere, lo indiscutible es que gran parte de los carriles de circulación del casco urbano sirven para muchos conductores como plazas de aparcamiento.

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