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Una colisión mortal en la N-120 le llevará a la cárcel

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photo_camera FOTO: ÓSCAR PINAL
La jueza reprocha al acusado "el comportamiento indignante" tras el accidente

El accidente mortal que el 18 de agosto de 2018 le costó la vida a Manuel Abelle, policía local en Vigo de 59 años, cuando transitaba por la N-120, en Larouco, llevará a prisión al responsable del siniestro, Manuel Pombo, quien invadió con su todoterreno Mercedes, con conducta temeraria, el carril por el que la víctima iba correctamente y a velocidad moderada.

 La jueza del Penal 2 acaba de imponer tres años de cárcel al inculpado en un homicidio imprudente, además de seis años de retirada del permiso de conducir, lo que implica la pérdida de vigencia. La responsabilidad civil quedó fijada en algo más de medio millón de euros, un dinero que será repartido entre los tres hijos de la víctima, sus tres hermanas y los padres, a quienes representa Carlos Borrás Díaz de Rábago.

La sentencia tiene en cuenta que "dado lo temerario, imprevisto y repentino de la invasión, Manuel no pudo realizar ningún tipo de maniobra evasiva para tratar de evitar la brutal colisión". El causante del accidente, kilómetros atrás, conducía de forma temeraria, lo que puso en peligro la vida de varias personas.

El inculpado, quien iba sin gafas  y había sufrido un ictus en 2007, "practicaba una conducción que infringía las más elementales normas de cuidado, ya que invadía el carril contrario". Pese a que alegó que fue el motorista quien se pasó a su carril, la juzgadora recuerda que ninguno de los testigos avala esa versión. Un camionero, "testigo totalmente imparcial ", vio al condenado haciendo eses de forma errática y los tres motorista que iban con el fallecido así lo confirmaron.

El informe de la Guardia Civil, además, coincide plenamente con los manifestado por los testigos. La propia hija del acusado también apoyó esa versión, contrariamente a lo manifestado por su madre.

Y repara la magistrada en "el comportamiento indignante" de Manuel tras el accidente (quería continuar su viaje, solo le preocupaba la reparación del coche y apartó restos humanos de la calzada con el bastón sin asumir  las fatales consecuencias de su forma de proceder). "Hemos de empezar a asumir que hay personas así por naturaleza, que ni aun provocando un accidente que causa la muerte a una persona, sientan el más mínimo remordimiento", asegura la ponente de la sentencia. 

"Hay personas que ni aun provocando un accidente mortal sienten el más mínimo remordimiento", dice la Magistrada.

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