EMPLEO

Cinco comarcas, en el ranking gallego por su tasa de trabajadores extranjeros

Ourense. 5-11-2016. Inmigrantes en O Couto. Paz
photo_camera El dominicano Modesto Silverio Martínez "Jordi", dueño del bar Jesús Soria, escancia una caña de cerveza para uno de sus clientes.

Viana, Verín, Valdeorras, Baixa Limia y Ourense se sitúan entre las diez con mayor presencia de asalariados de otros países

Cinco comarcas de la provincia de Ourense se sitúan dentro del top ten de las que cuentan con un mayor porcentaje de afiliados extranjeros a la Seguridad Social, según los datos dados a conocer esta semana por el Instituto Galego de Estatística. En concreto, se trata de las comarcas de Viana, Verín, Valdeorras, Baixa Limia y Ourense.

Según dichos datos, la comarca de Viana, que engloba A Gudiña, A Mezquita, Viana do Bolo y Vilariño de Conso, lidera este ránking a nivel gallego, ya que un 7% de su población afiliada a la Seguridad Social procede de otros países -la media es de un 2,9 %-. Por otra parte, la comarca de Verín ocupa la tercera plaza en este ránking, con un 6,3 % de su población correspondiente a trabajadores extranjeros. En ambas comarcas, la razón principal de este importante peso de los trabajadores foráneos está en las obras del tren de alta velocidad, que se han convertido en un auténtico motor para ambas zonas, muy especialmente con la incorporación de mano de obra extranjera.

A esto se une -son datos de septiembre- la campaña de la recogida de la uva que también incorpora a varios temporeros procedentes del país vecino o de otros puntos geográficos y que, en muchos casos, son mano de obra foránea.

En la comarca de Valdeorras, que ocupa el cuarto puesto en esta lista, con un 6,2 % de su población trabajadora perteneciente a otros países, la pizarra -otro de los motores de la economía provincial y gallega- está detrás de la mayoría de estas contrataciones; no en vano en Carballeda se dispara ese porcentaje pro encima del 10%. Aunque también en este caso, al ser una de las zonas con denominación de origen vitivinícola, aporta su grano de arena en el conjunto de contrataciones el sector del vino.

En el caso de la Baixa Limia, las tareas en el sector agrícola y en el de servicios concentran la mayor parte de esta mano de obra foránea. Y en la comarca de Ourense es mayoritariamente el sector servicios -bares, restaurantes, peluquerías, locutorios, tiendas de telefonía, todo a cien, etcétera- el que aglutina a esta mano de obra, ante la situación de ralentí que vive en la actualidad el sector de la construcción -uno de los tradicionales nichos de empleo de esta población extranjera-. Por detrás de Ourense se sitúan las comarcas de A Coruña, con un 3,5 %, y Lugo (3,3%).

Cristina Chiza: “Decidí quedarme para que mi hijo tenga formación”

Cristina Chiza, de 31 años y ecuatoriana, lleva en Ourense  desde 2005. "Vine con mi familia, previamente estuve con mis padres en Madrid durante nueve años, ellos y el resto de la familia regresó a Ecuador, pero yo decidí quedarme porque vi que era una ciudad tranquila y que mi hijo, de 11 años, podía tener una buena formación", explica.

Chiza lleva casi 10 años trabajando como empleada de hogar "en distintos domicilios, antes lo hacía en la venta ambulante, pero desde el nacimiento del niño decidí cambiar de ocupación para tener una mayor estabilidad familiar", señala.

Lo que más le ha costado no ha sido adaptarse a la cultura o el modo de vida sino "conseguir la documentación de la nacionalidad, porque en algunos de los trabajos que estuve no te daban los papeles necesarios; ahora ya cumplí los tres años legales y estoy a la espera".

Elena Arellano: “Es muy duro arrastrar una maleta por la calle y sin saber a dónde dirigirte”

La crisis en su país obligó a Elena Arellano, de 57 años y natural de Ecuador, a hacer las maletas y dejar atrás a sus hijos para buscarse un futuro más prometedor para ella y los suyos. Llegó a Madrid para "pasarlo muy, muy mal. No quiero ni recordarlo porque todavía soy incapaz de contener las lágrimas. Es muy duro arrastrar una maleta por la calle sin saber a dónde ir", dice entre sollozos. Allí conoció a una persona que hizo que se asentase "casi" definitivamente en tierras de A Gudiña: "Conocí a una persona que me contrató para que cuidase a sus padres en Vilavella, y hasta aquí me vine. No fue fácil, acabé quedándome sin ese trabajo y me vi en la necesidad, una vez más, de volver a abandonar a mis hijos para irme a trabajar de interna a Ourense".

Pero, ella volvió a conseguirlo y recuperó la unidad familiar. "Me considero una heroína porque he llegado con una maleta y he conseguido lo que muchos españoles ahora tienen, una hipoteca -su piso está ya casi pagado- y poder darle un futuro a los dos hijos que la acompañan -el mayor de ellos, ingeniero industrial, el otro estudiando asistencia a dirección de empresas-. Siento que cuando termine de pagar mi casa y mis hijos concluyan sus estudios, mi misión habrá terminado". Ahora está en los servicios de ayuda al hogar del Concello de A Gudiña.

Lucía Armoa: “Ahora ya tengo familia aquí, tres hijos, y será difícil que regrese a Paraguay”

Lucía Armoa Venialgo, de 33 años y natural de Paraguay, es una de  las más de 500 personas procedentes de otros países afiliadas a la Seguridad Social en la comarca de Valdeorras el pasado mes de septiembre. Según comenta, llegó a Galicia en 2006, "tenía aquí una hermana y vine de paseo, un poco para conocer el sitio, de visita turística, pero la verdad es que las cosas se fueron sucediendo y  al final me quedé".

A los 15 días de haber llegado ya se puso a buscar trabajo y "fui al ayuntamiento a inscribirme; al poco tiempo me llamaron para cuidar a unas personas mayores, aquí, en O Barco de Valdeorras". Después repetiría este mismo trabajo de atención a personas mayores en Celavente, "cuidando a una pareja". Pero desde el pasado mes de enero ha decidido cambiar de ocupación, abriendo el bar La Finca, "que de momento va bien".
"La vida aquí es diferente a la que tenemos en Paraguay, la verdad es que supuso mucho cambio, pero yo me adapto fácilmente a los cambios. Quizás lo que más me costó fue el clima, porque la verdad es que aquí se pasa más frío", reconoce Lucía Armoa.

Añade que "ahora ya tengo familia aquí, mis tres hijos, y será difícil que regrese a Paraguay".

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