La crisis sanitaria del coronavirus ya está teniendo sus efectos en el ámbito social y el comedor de Cáritas es el mejor ejemplo de esta nueva situación. "Casi hemos duplicado las raciones o menús que estamos dando en el comedor estos días", certifica Ángel Mirón, delegado episcopal de Cáritas. "Hasta principios de marzo estábamos hablando de una media de 230 o 240 menús y ahora estamos ya en 480", apunta.
Las razones para Mirón son varias y todas relacionadas con la pandemia. "Todos los que tenían algún tipo de ingreso 'en B' han dejado de tenerlo, a lo que une gente de los ERTE, algunos de los cuales no se están cobrando, y los servicios sociales están prácticamente desaparecidos, al tiempo que los comedores escolares están cerrados, así que la gente acude en mayor número a nosotros", explica. Todo esto incrementa de forma notable la demanda de este servicio, "especialmente para llevar comida a casa", dice Ángel Mirón, que subraya su agradecimiento "a restaurantes o bares que se han visto obligados a cerrar y antes de que caduquen esos productos que habían comprado, nos los están trayendo".
Con el fin de salvaguardar la salud y la seguridad en el servicio de comedor ha cambiado su sistema de trabajo, tanto en la recogida de comida preparada como en los turnos en el comedor. "Las personas que vienen a recoger el túper tienen una hora asignada, para evitar un exceso de circulación en el comedor", indica la directora de Cáritas en Ourense, María Tabarés.
Por otra parte, este incremento de usuarios está obligando a "recolocar recursos, como el personal que estaba en la guardería, ahora cerrada, que están atendiendo el comedor", señala Mirón.
Desde el Banco de Alimentos, Natalia González recuerda que "del 16 al 27 de marzo hemos repartido 210.000 kilos de productos no perecederos entre un total de 50 entidades". "Ahora estamos trabajando con el objetivo de atender las necesidades que vengan a partir del día después, porque prevemos que dentro de tres semanas o un mes haya un aumento de solicitudes por parte de las entidades", avanza el presidente del Banco de Alimentos, Cecilio Santalices.
Por su parte, desde Cruz Roja se han puesto "en contacto con todos sus usuarios para conocer sus necesidades" y, además, atienden a "cualquier otra persona en situación de vulnerabilidad que así se lo haga saber", explica el presidente de la organización en Ourense, Felipe Ferreiro.
Desde la entidad están pendientes de que "a nadie le falte lo básico en cuanto a alimentación e higiene". Por eso, las cerca de 200 personas que componen el cuerpo de voluntarios en la ciudad de Ourense se encargan de acercar la compra y los medicamentos a las familias que por problemas de movilidad u otras circunstancias no pueden hacerlo.
Además, en el caso de aquellas personas que no tienen medios para cubrir sus necesidades básicas, desde Cruz Roja Ourense se están llevando a cabo "servicios de reparto a domicilio de alimentos, en todo momento extremando las precauciones", así como la "entrega de vales de compra para canjear por productos de alimentación e higiene en supermercados". Por otra parte, el servicio de apoyo educativo de Cruz Roja, que atiende a cerca de 300 niños en toda la provincia, ahora se realiza de manera telemática.
