El servicio se duplica por el incremento de la demanda y aumentan los que acuden a recoger alimentos para llevarlos a casa

El comedor social de Ourense ya ofrece casi 1.400 comidas al mes

Usuarios del comedor social de la ciudad, el pasado mes de abril. (Foto: XESÚS FARIÑAS)
Instituciones públicas o religiosas ayudan todos los días a cubrir las necesidades más básicas -léase comida, vivienda o ropa- de un buen número de ciudadanos azotados por la persistencia de la crisis económica y amenazados por la más absoluta pobreza, que se ha extendido a un número cada vez mayor de familias de clase media, con sus miembros en paro e hipotecas o alquileres por pagar.
Sólo en la ciudad, el comedor social del Concello brinda comida a una media de 37 personas al día, a lo que habría que añadir los vales entregados por las parroquias a sus convecinos para ayudarles a sufragar un sustento que echar a la boca. Posiblemente, la estadísticas se triplicarían si se contabilizan todos estos casos. Porque la gente que recurre a los servicios sociales del Concello o a Cáritas lo hace para poder cubrir necesidades tan elementales como la alimentación. Desde mediados del pasado año, por ejemplo, en el comedor social de la ciudad se han llegado a duplicar los usuarios, pasando de 600 comidas mensuales a 1.100 o incluso a 1.386 el pasado marzo. Y lo que es peor, responsables municipales del servicio han explicado que aumentan los casos de familias asentadas en la ciudad y en paro que acuden con recipientes para recoger en ellos la comida y llevarla a su casa.

Según María del Carmen Alonso, directora de Programas de Cáritas diocesana de Ourense, el pasado año prestaron ayuda asistencial -alimentos y vivienda- a 6.472 familias de nueve concellos (Ourense, A Valenzá (Barbadás), Xinzo, Carballiño, Celanova, Verín, Ribadavia, Bande o Allariz). A esta importante cifra aún habría que añadir las 910 personas que recibieron ayuda en el marco de los programas de acogida integral y empleo, que exige al beneficiario vincularse a un proyecto de inserción social para romper la dependencia de las instituciones.

'Dende mediados do ano pasado percíbese un notable incremento no uso do comedor social. Tamén se ve modificado o perfil do usuario deste servizo ?municipal, sendo empregado, cada vez máis, por familias enteiras que se achegan ó comedor e recollen a comida para levala a casa', explica un técnica de Benestar Social del Ayuntamiento de Ourense.?Desde este departamento, se le da comida a todos aquellos que acuden al comedor por primera vez y se mantiene hasta que hay una cita con un trabajador social, quien evalúa la autonomía económica del afectado.?También se elaboran 'plans personalizados de reorientación e reinserción sociolaboral, que ?apoia aos usuarios do comedor social en tanto non recuperen a súa autonomía económica', añade.

En este sentido, desde Cáritas recalcan que ya no es que haya más pobres (lo que denomina extensión) que antes sino que los que hay son más pobres todavía (intensidad).

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