REPORTAJE - COMERCIO

Comerciantes de los bajos del parque de A Ponte, al límite

photo_camera Confecciones Álvarez, abierto desde los años 70, echa el cierre a finales de mes; antigua frutería, llena de humedades (derecha), y el interior de un bar de la zona, cuyo techo está desplomado.

Las humedades en los locales hacen que se sucedan cierres, mientras el lunes empiezan las obras

Un comercio histórico de A Ponte dejará su actividad para siempre el próximo 31 de diciembre. Se trata de Confecciones Álvarez, situado en los bajos del parque de A Ponte, en la rúa Vicente Risco. Abierto desde 1970, hace 15 años que lo regentaba la heredera de su fundador junto a otra socia. Ahora se ven abocados al cierre. "Tivemos sempre moitas humidades. E estamos xa fartos de non podelo arranxar, con isto de que estamos en precario. Ningúen nos garante que teñamos garantías de coller o local se sae a concurso, así que non merece a pena seguir", dice María Ángeles Pereira. 

Este establecimiento forma parte de la quincena de locales que se construyeron en 1964 como parte del recinto de la Alameda de A Ponte –propiedad municipal–, de los cuales la mitad ya han echado el cierre durante los dos últimos años. Charcos, humedades en el techo, un parche sobre otro. "Tivemos que aguantar moito. Os invernos teñen sido duros. Deixamos paraugas do revés para recoller a auga que caía pola noite", añade Pereira. Su marido recuerda todos los apaños hechos en la tienda, por deficiencias, pese a que la propiedad es municipal. 


Goteo de cierres


Un bar cuyo interior está destrozado tras haberse desplomado el techo, una tienda de informática cerrada a cal y canto, una de las fruterías más emblemáticas ahora visiblemente carcomida por la humedad.... El goteo de cierres ha ido dejando a los que quedan como pequeños héroes. 

Una de las tiendas cuyo cierre se aproxima es Raparigos, de moda infantil. "Estoy muy cansada de esto, de las humedades, de que no se nos haga ni caso... Yo denunciaré al Concello en breve, como han hecho otros. No hay iluminación exterior, se filtra agua del suelo... ¡He tenido a niños pisando charcos de agua en la tienda!", relata Nicole Campos, la propietaria, visiblemente enfadada. 

A su lado, dispuesta a aguantar, está Umbela, tienda regentada por Antía Iglesias. Se ha gastado mucho, "más de 14.000 euros en una ocasión", en poder mantener la tienda ajena a las humedades y con un aspecto decente para el cliente: "Por eso me cuesta pensar en que nos tuviéramos que ir de aquí". 

Otra de las tiendas que sufre humedades es una de las más antiguas, por no decir la que más, de esta zona. Se trata de Calzados Lin, que fundó Maximino Lorenzo, y que ahora regente su hijo del mismo nombre. "Aquí también hay humedades y tenemos que poner calderos, además de tener el deshumidificador puesto todo el día", dice Lorenzo. De momento, aguantan pese a la crisis del comercio en general, y lamentan el cierre de los vecinos "porque dejan a la calle, una arteria de A Ponte, deslucida". De hecho, una queja unánime de los negocios es la "poca iluminación" en el exterior de los establecimientos. 

Todos desconocen cómo les afectarán las obras, que se iniciarán el próximo lunes 17, según avanzó  la Consellería de Medio Ambiente. Se reformará el jardín y la accesibilidad, y se tratarán de impedir las filtraciones de agua. Hoy mismo, está previsto firmar el acta de inicio. 

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