Los comerciantes del barrio certifican el bajón del sector y apuntan la necesidad de aparcamientos
Los comerciantes del barrio de O Couto tienen claro que, ante la situación actual, "cada día vamos a tener que ser más los que cerremos", apunta María Isabel Otero, de Autocalzado. La calle Ervedelo es buen ejemplo de ello, de los alrededor de 100 locales comerciales abiertos, casi 20 están cerrados. Desde la Federación de Empresas Inmobiliarias señalan que "en O Couto hay en este momento alrededor de un centenar de locales en alquiler, con un precio medio de 4,75 euros por metro cuadrado", apunta Benito Iglesias.
Alberto Redonet lleva más de 20 años con su tienda de deportes abierta en la calle Ervedelo, la arteria comercial principal del barrio de O Couto. "Yo nunca he visto una situación como ésta, se ha venido produciendo desde hace dos o tres años", apunta. Entiende que, junto a esos parados que optaron por abrir un comercio pero han ido cerrando al no ver futuro, "hay también muchos que han decidido trasladarse al centro de la ciudad a montar ese comercio que tenían aquí porque cuentan con más clientes potenciales".
Y a esto se une "algún que otro edificio antiguo que no ha pasado la Inspección Técnica de Edificios", con lo que los comercios que ocupaban sus bajos han decidido trasladarse, bien dentro del propio barrio o a otro punto de la ciudad.
Considera que hace falta "una renovación completa del barrio", pero también influye el hecho de que "carecemos de plazas de aparcamiento, antes en Ervedelo se podía aparcar en toda la calle", explica. De este modo, "la gente que viene de los pueblos para en los párkings del centro y se queda allí para hacer sus compras y ya no pasan por O Couto".
Cristina González, de Kalceus, coincide en la necesidad de una zona de aparcamiento que traiga clientes potenciales al barrio. "En este momento, todas las plazas que hay son zona azul y además pasa mucho el radar, así que, si no eres de aquí, paras poco para comprar".
Clientes
En cuanto a los clientes, hay una clara diferencia dependiendo de la edad. Ramón González, jubilado, reconoce que "los productos de alimentación los compro aquí, en el barrio; en cuanto a la ropa y el calzado, depende, si lo encuentro aquí lo cojo, si no en el centro". Su mujer tiene claro, por el contrario, que "yo compro siempre en el comercio de O Couto". Guillermo Álvarez, también jubilado, coincide en defender el comercio de proximidad: "Moncho o Redonet son siempre los primeros que miro". Totalmente distinto es el parecer de Valentina Arbeláiz y Carlota Fernández, ambas estudiantes de 13 años, que tienen claro que "nosotras compramos siempre en el centro, o en la calle Paseo o en el Centro Comercial Ponte Vella".
