Ibrahim Diouf es el secretario de la comunidad islámica de Ourense. Llegó a la ciudad desde Senegal, precisamente el país -junto a Marruecos- del que proceden la mayor parte de los musulmanes de la ciudad. “El perfil de musulmán en Ourense es extranjero. Marroquíes, senegaleses los que más. También de Egipto, Pakistán, Algeria…”, cita. Hace un tiempo que tienen una carencia: falta un imán en la ciudad. El que preside los rezos del Ramadán llegó de Marruecos, pero se irá en un mes. “Los imanes que más saben están en Marruecos y no quieren venir. El último se fue hace cinco días. No nos gustaba. Ser imán es muy difícil, también hay malos comportamientos a veces”, confiesa. Diouf admite que no han tenido demasiada suerte con los máximos responsables del rezo. De hecho, en 2013, la Policía Nacional detenía a los imanes de Ourense y Xinzo en la mayor red de falsificación de ropa y calzado conocida en España hasta entonces. Ahora no hay imán fijo. A veces llega de Vigo, a veces de Lalín.
“No pasa nada con el rezo, que lo puede presidir cualquiera. Lo complicado es ser imán, tienes que saber de memoria el Corán, leértelo cada noche”.
