El interventor municipal, Gonzalo Alonso, ha marcado parte de la vida de la administración local de la ciudad por bloqueos y dilaciones de plazos en expedientes, reparos que a día de hoy parecen haber desaparecido, según confirman fuentes en Praza Maior. Antes, habían trascendido en La Región bloqueos en varios procedimientos o la solicitud de incoación de un expediente disciplinario presentada por un edil del anterior gobierno. La Xunta tiene sobre la mesa el escrito presentado el 24 de mayo en el que solicita que se evalúe si Alonso cometió faltas graves en su trabajo.
En paralelo, el Concello seguía también sin poder activar mejoras en el servicio de limpieza con la aprobación de un plan anual, algo que sucedió tras un informe del Consultivo que censuraba los criterios de Alonso para reparar la propuesta de aprobación.
La ayuda en el hogar, cuya licitación se demoró por una no fiscalización de Intervención, parece también ya encaminada. Asimismo, todo apunta a que este año podrá activarse la reforma de la Praza de Abastos, cuyo concurso estuvo bloqueado dos años, como apuntaba un informe del asesor jurídico que reflejaba ocho devoluciones del expediente por parte del interventor. También antes de que se cierre el año, el Concello quiere saldar deudas con proveedores. Muchas facturas se frenaron por no fiscalizarlas a tiempo el interventor, llevando a empresas a la vía judicial para reclamar el cobro, que supondrá afrontar seguramente intereses.
El gobierno local ha podido también aprobar modificaciones de crédito para convenios y obras con el dinero del remanente, fondos que tardaron en desbloquearse al exceder plazos el interventor y disponibles desde septiembre.
