Con la cabeza en Pontevedra -donde el alcalde permaneció detenido en la jornada de ayer-, el gobierno municipal intentó continuar con su actividad cotidiana.
Sin embargo, para ninguno de los concejales fue un día cualquiera. Las idas y venidas por la Consistorial no cesaban, con el objetivo de intentar conocer alguna novedad de la situación de Francisco Rodríguez. Finalmente, a última hora de la mañana se reunió la práctica totalidad del grupo de gobierno para hablar de las novedades del caso -que no eran muchas con respecto al día anterior, dado que el regidor seguía incomunicado- y de cómo se va a seguir afrontando la situación.
La que más varió su día a día fue la nacionalista Isabel Pérez, que en su papel de alcaldesa en funciones desplazó su actividad a la Alcaldía, donde despachó con diversos funcionarios del Concello -secretario, oficial mayor, interventor y jurídicos-, con el ánimo de dotar de cierta normalidad a la situación que atraviesa el Concello y, además, analizarla con ellos. En este rol -que, como teniente de alcalde, ejerce cada vez que el regidor se ausenta de la ciudad- convocó el pleno extraordinario que el próximo lunes realizará el sorteo público y nombramiento de los componentes de las mesas electorales del próximo 21 de octubre. Será el primer acto público de la Corporación municipal desde la detención de Francisco Rodríguez.
En este mismo sentido de normalidad, y aunque todavía no ha sido oficialmente convocado, el Concello celebrará otra sesión extraordinaria la próxima semana ante la necesidad de aprobar, antes del 30 de septiembre, un plan de medidas para que los proveedores municipales cobren antes sus facturas. Precisamente el concejal de Economía, el socialista Agustín Fernández, explicaba ayer al resto de grupos políticos los detalles de este plan -añadiendo que el Concello pagó en el último trimestre 2.272 facturas en un plazo de 51 días-.
Dentro de esas funciones de un día cualquiera, la concejala socialista María Devesa representó al Concello en la entrega de medallas del Campeonato nacional militar de recorridos de tiro, en Eiroás. A la vista queda que la vida institucional continúa.
Con todo, el de ayer fue un día relativamente más fácil que el jueves, cuando se produjo el arresto de Francisco Rodríguez. El bum mediático se había visto parcialmente reducido, toda vez que la atención de la investigación se centraba en Lugo. Entre los colaboradores directos del alcalde, sin embargo, el estupor y la confianza seguían intactos.
La que más varió su día a día fue la nacionalista Isabel Pérez, que en su papel de alcaldesa en funciones desplazó su actividad a la Alcaldía, donde despachó con diversos funcionarios del Concello -secretario, oficial mayor, interventor y jurídicos-, con el ánimo de dotar de cierta normalidad a la situación que atraviesa el Concello y, además, analizarla con ellos. En este rol -que, como teniente de alcalde, ejerce cada vez que el regidor se ausenta de la ciudad- convocó el pleno extraordinario que el próximo lunes realizará el sorteo público y nombramiento de los componentes de las mesas electorales del próximo 21 de octubre. Será el primer acto público de la Corporación municipal desde la detención de Francisco Rodríguez.
En este mismo sentido de normalidad, y aunque todavía no ha sido oficialmente convocado, el Concello celebrará otra sesión extraordinaria la próxima semana ante la necesidad de aprobar, antes del 30 de septiembre, un plan de medidas para que los proveedores municipales cobren antes sus facturas. Precisamente el concejal de Economía, el socialista Agustín Fernández, explicaba ayer al resto de grupos políticos los detalles de este plan -añadiendo que el Concello pagó en el último trimestre 2.272 facturas en un plazo de 51 días-.
Dentro de esas funciones de un día cualquiera, la concejala socialista María Devesa representó al Concello en la entrega de medallas del Campeonato nacional militar de recorridos de tiro, en Eiroás. A la vista queda que la vida institucional continúa.
Con todo, el de ayer fue un día relativamente más fácil que el jueves, cuando se produjo el arresto de Francisco Rodríguez. El bum mediático se había visto parcialmente reducido, toda vez que la atención de la investigación se centraba en Lugo. Entre los colaboradores directos del alcalde, sin embargo, el estupor y la confianza seguían intactos.
