La propuesta municipal incluirá principalmente proyectos de interés público, como equipamientos y suelos industriales

El Concello dejará en manos de la Xunta las licencias de particulares

Tras la sentencia del Tribunal Supremo que anula definitivamente el Plan Xeral de 2003, ¿qué escenario urbanístico queda en la ciudad? Los constructores tienen claro que el planeamiento vigente en estos momentos, el de 1986, se ha quedado 'obsoleto' y confían en que la ordenación provisional que se apruebe les permita proseguir los proyectos que estaban tramitándose en el momento de la caída del Plan.
Sin embargo, y tal como anunció el viernes el alcalde, la propuesta del Concello a la Xunta solo incluirá 'toda la batería de equipamientos, suelos empresariales y desarrollos que ya están en marcha', señala la concejala de Urbanismo, Áurea Soto. Sobre el resto de iniciativas privadas, la edila cree que 'tendrán que ser planteadas a la Xunta, que es la que tiene la competencia. Lo que la Xunta determine, lo aceptaremos', señala en relación a las inquietudes de los constructores y reiterando que el documento municipal mirará 'por el interés general'. No en vano, señala, 'todo lo que se haga tiene que tener una seguridad jurídica', dado que 'es necesario justificar la necesidad de esa ordenación provisional', puesto que el diseño urbano de 2003 está anulado por sentencia firme.

Y si las licencias de obra mayor están en el aire por la situación urbanística, el Concello considera que las de apertura y actividad no se verán afectadas por la anulación del planeamiento, 'salvo casos muy puntuales'. En lo que respecta a las obras menores, la posibilidad de obtener licencia dependerá de las circunstancias concretas de los trabajos a realizar.

El Plan Xeral de 2003 ahora anulado tenía una capacidad residencial de más de 50.000 nuevas viviendas, lo que suponía casi duplicar las existentes, dado que el parque de viviendas en 2001 era de 56.823. Según el documento de inicio del nuevo Plan Xeral, en los siete primeros años de vida del Plan Xeral se construyeron 5.757 viviendas y se redactaron y tramitaron figuras de planeamiento e instrumentos de gestión para ordenar la cuarta parte del suelo residencial previsto.


GRADO DE EJECUCIÓN

En ese momento, el nivel de ejecución del Plan era 'baixo', ya que de todo el suelo programado quedaba pendiente de desarrollar el 62,5% y el 22% había iniciado el proceso de tramitación. Del 15,5% restante ya desarrollado, el 9,9% estaba ejecutado y el 5,6% tenía la aprobación definitiva. Este desarrollo significó la ejecución de 1.543 viviendas y la urbanización de suelo para otras 6.214. A estas habría que sumar, entre otras, las 3.679 viviendas realizadas en suelo urbano consolidado de licencia directa.

El equipo redactor del nuevo Plan también se sitúa en el escenario actual, con la entrada en vigor del planeamiento de 1986. Con respecto a éste, entiende que los proyectos urbanos de importancia estratégica no se verán alterados por la situación actual. En concreto, los redactores del nuevo plan se refieren a la integración del AVE, por tratarse de un proyecto de interés general promovido por la administración central competente en la ejecución. Por otro lado, el Plan de 1986 recoge como sistema general de infraestructuras ferroviarias las instalaciones existentes, que podrían desarrollarse mediante un planeamiento especial. En el Campus, el documento de 1986 no recoge los nuevos usos contemplados, mientras que en la mayoría del suelo previsto para desarrollar el Plan de Termalismo, coinciden las clasificaciones de suelo en los dos planeamientos, por lo que no se verán afectados por esta situación.

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