El Concello se inhibe en el caso de los perros abandonados

Los dos perros que llevaban casi dos meses encerrados en un balcón del barrio de A Ponte fueron trasladados a otro habitáculo del piso. Aunque la calidad de vida en las viviendas colindantes mejoró considerablemente -dado que el olor y los llantos de los animales generaban un malestar constante-, el estado de salud de los perros se desconoce. Según la propietaria del piso superior al de los canes, Olga Giráldez, “parece que fueron trasladados a otra terraza del inmueble”. Tras conocer la situación que se vivía en Ribeira de Canedo, cientos de personas se movilizaron y se ofrecieron a presentar una denuncia individual. Por su parte, Giráldez anota que llamó al alcalde, Gonzalo Pérez Jácome, para hacerle partícipe de la situación de insalubridad en la que estaban viviendo los perros y que también se comunicó con el concejal Antonio Fernández, “que también nos dijo que haría algo porque su padre fue uno de los fundadores de Progape”. Sin embargo, ni la Protectora ni el gobierno local actuaron en este caso. Fue la acción vecinal, a través de una llamada a la Policía Local y de ejercer como altavoz, la que llevo a los propietarios a actuar. Giráldez explica lo ocurrido: “Un familiar de la pareja se hizo eco de la noticia y se sintió avergonzado. Acudió al inmueble e intervino para que limpiasen y sacasen a los perros de aquella situación”, señala. Ahora, sospechan que están ubicados en una terraza orientada hacia Ribeira de Canedo, “por lo que estaremos pendientes y vigilando que no se repita la misma historia”, avanza la vecina. El estado en el que se encontraban los perros de A Ponte es, según el punto de vista profesional, perjudicial para su salud. “Los perros necesitan desde muy pequeños socializar, a los dos o tres meses deben entrar en contacto con el mundo que les rodea para evitar miedos y otros problemas”, indica Andrés Borrajo, de la Clínica Veterinaria Nexo. “Para ello se sacan de casa, para que escuchen los ruidos de la calle, vean a otras personas, jueguen con otros perros y puedan tener un desarrollo psíquico normal, propiciando que sean mascotas equilibradas”, añade. Además, en cuanto a la alimentación, “no es recomendable cambiar a menudo de ingredientes”. “Cuando se introduce algún alimento nuevo, debe hacerse progresivamente en unos ocho días”, concluye Andrés Borrajo.