La importancia de las cifras demográficas, de por sí importantes, cobran especial valor en vísperas de cada cita electoral en los concellos, ya que los datos del padrón del año anterior al de los comicios -que el Instituto Nacional de Estadística (INE) hará oficiales en los próximos días previa aprobación del Consejo de Ministros- definirán el tamaño de las corporaciones, ya que la ley electoral establece una serie de tramos para determinar el número de concejales que se eligen en cada consistorio.
En el caso de la provincia de Ourense, la próxima actualización de las cifras de población tendrá especialmente en vilo a los concellos de Ribadavia, Trives, A Mezquita y Castrelo do Val, mientras que otros cuatro como son San Cristovo de Cea, Nogueira de Ramuín, Cortegada y San Amaro están también en una situación comprometida pero con bastante holgura para no verse afectadas por una reducción de los concejales en la próxima cita electoral.
Con unas cifras de natalidad en mínimos, la inmigración se antoja como la tabla de salvación a la que pueden aferrarse, ya que aunque la ley electoral impide a la mayoría de extranjeros participar en las votaciones, su inscripción en el padrón sí puede ser decisiva para el tamaño de las corporaciones, algo que además repercute en los fondos que perciben los ayuntamientos.
Casos
Tal y como sucedió en la anterior convocatoria de las elecciones municipales con Xinzo, cuya caída de población por debajo de los 10.000 habitantes le supuso pasar de 17 a 13 concejales, otras dos villas de la provincia pueden seguir en mayo su estela. En el caso de Ribadavia, a 1 de enero de 2021, su padrón era de 5.005, por lo que una pérdida de cinco habitantes le dejaría con 11 ediles y no 13 como hasta ahora.
Mientras, en Trives, deberían perder como mucho 14 habitantes respecto al año anterior para continuar al menos otros cuatro años con 11 concejales en el consistorio y no situarse en nueve.
En esa cifra de concejales buscan mantenerse, por su parte, los ayuntamientos de A Mezquita y Castrelo do Val. Los primeros tendrían que ver reducido en un año su padrón en cinco vecinos como mucho, mientras que en el concello de la comarca de Verín la tarea se antoja más complicada, dado que en 2019 salvaron los nueve concejales por un solo habitante y a 1 de enero de 2021 su padrón quedó fijado en 979 vecinos, por lo que necesitaría aumentar su población en 22 personas en 12 meses. Todos ellos están en manos del INE.
