Los concesionarios son el último eslabón de la cadena y era cuestión de tiempo que le tocase la crisis de los microchips. La mayoría de los distribuidores de la provincia tienen problemas para cumplir con sus objetivos de venta sencillamente porque no les están llegando coches, sobre todo de determinados modelos. La industria ha bajado de forma drástica la fabricación porque no cuenta con los semiconductores que se instalan en los vehículos y ahora las marcas están comunicando a sus clientes que los plazos de entrega de los vehículos nuevos se dilatan.
Jaime Cougil, gerente de Tomóvil, concesionario Ford, confirma que hay retrasos “con algunos modelos” y que la situación llega en un momento “muy malo porque los meses de verano suelen ser buenos para la venta”. Sensaciones muy parecidas transmite Amando Iglesias, de Cibrauto, que representa Kia, Mazda y Fiat. Ayer indicó que algunas entregas “tendrán que esperan hasta unos cinco meses”, si bien aclara que “ni todas las marcas ni todos los modelos tienen este problema”.
Las malas noticias vienen tras un año especialmente difícil y cuando la esperanza de recuperar la venta llegaba a la puerta de los concesionarios. Pablo Pérez, gerente de Toyota Ourense reconoce tener “modelos compartidos con el grupo PSA y se están retrasando” precisamente porque la fábrica de Vigo (ahora llamada Stellantis) está parada. Se trata de furgones y furgonetas, sobre todo, “pero el resto de modelos Toyota van bien, sobre todo los híbridos”. En el grupo Volkswagen la sensación es la misma, lo que obliga a recomponer toda la estrategia de ventas. El gerente de Apersa, Juan Carlos Fernández, alude a “demoras en la producción que oscilan entre los dos y los cuatro meses”, una reflexión compartida por Esteban Mato, gerente de PSA Retail Ourense, que certifica “problemas para que nos sirvan algunos modelos”, en algún caso fabricados en Vigo. César Fernández, gerente de Autogal BMW matiza que “hay alguna limitación en las entregas pero dependen sobre todo de los extras que lleve el coche”. Reconoce que la situación es compleja para el sector, aunque “BMW tiene la producción diversificada en varios países, por lo tanto hay menos problemas”.
Ventas
Esta situación coincide con los datos de las ventas de mayo, que no han sido buenos pese a que se han vendido más unidades que el año pasado, precisamente porque la pandemia tuvo cerrados los concesionarios hasta el 11 de mayo. En la provincia se vendieron el mes pasado 227 coches, un 30,8% más que el ejercicio anterior, pero en el 2019 (antes de la pandemia) se matricularon 381.
Las nuevas paradas de Stellantis Vigo agravan la situación de las auxiliares
Las empresas auxiliares de la automoción ourensana siguen acusando la crisis de los semiconductores que trae de cabeza al sector. A corto plazo las noticias no son buenas porque la mayoría de las fábricas de componentes locales trabajan para la factoría viguesa del grupo Stellantis (antes PSA Peugeot Citroën). La multinacional confirmó la suspensión de su producción en el sistema 1 (que monta el Peugeot 2008, el C-Elysée y el Peugeot 301) en las jornadas del viernes, domingo y lunes. Los ERTE y la modulación de las jornadas para adaptarse a la producción en Ourense afectan ya a más de 300 personas.
Mientras, prolongará la parada en el sistema 2 (que monta las furgonetas) “al menos” hasta el lunes 7, incluido. Así lo ha comunicado la dirección de la empresa a la plantilla del centro de Vigo, que ha recordado que esta situación es debida a los problemas de aprovisionamiento de ciertos componentes, como consecuencia de la crisis de los microchips. El sistema 1 reanudó su producción el pasado sábado, tras nueve días parado. Por su parte, el sistema 2 lleva sin actividad desde el jueves día 20; de forma que, aunque se preveía que podría reanudar su producción este viernes, finalmente encara una veintena de días paralizado, sin fecha segura de vuelta a la actividad.
