Una sentencia de la Audiencia de Madrid confirmó la condena a la compañía de seguros DKV, prestadora del servicio sanitario concertado por MUFACE para asistir a sus afiliados, dando luz verde a una indemnización de 272.493 euros para una ourensana que fue intervenida de una hernia discal en A Coruña. Durante la operación, al neurocirujano se le rompió la hoja del bisturí y le quedó alojada entre las vértebras. No hubo mala praxis ya que, según los peritos, no es un accidente infrecuente. Meses después, en un control rutinario postoperatorio, a la paciente le informaron, tras la práctica de una prueba de imagen, que tenía un objeto extraño entre las vértebras, posiblemente la punta de un bisturí.
El neurocirujano que la operó en A Coruña se negó a reintervenirla para extraérselo dado que la hoja se encapsularía y no correría mayor riesgo. No obstante, un neurocirujano de Madrid le ofreció otra alternativa: extraer la hoja, pero utilizando un abordaje quirúrgico novedoso, en lugar de por vía posterior, por vía lateral.
El resultado de esa intervención, tras siete horas, fue perjudicial para la demandante, que sufrió una incapacidad permanente total para su trabajo por lesión neurológica grave. Actualmente, no puede deambular de forma autónoma, padece incontinencia de esfínteres, y ha sido jubilada por MUFACE. Hasta tuvo que vender su vivienda en el casco histórico de Ourense porque no tenía ascensor y comprar otro piso a las afueras.
La Audiencia de Madrid desestima el recurso de apelación de DKV y confirma así la sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 36 de Madrid, que estimaba parcialmente la demanda de la afectada, representada por el despacho de Alfonso Iglesias.
