“Los conductores queremos dejar de mear en la calle”

"Hacemos auténticas virguerías para poder hacer nuestras necesidades, pedimos cinco o seis baños"

Los conductores de los autobuses urbanos de Ourense mantendrán este jueves una reunión con el alcalde, Gonzalo Pérez Jácome, para abordar una demanda histórica: baños portátiles en los finales de línea. Desde el comité de empresa de Urbanos de Ourense aseguran que los conductores se ven obligados a hacer sus necesidades fisiológicas en la calle, “cuando está prohibido”. Daniel Fernández, presidente del comité, dice que “meamos en la calle y las máximas perjudicadas son las compañeras, es un engorro. Hace cinco meses que ya enviamos un documento por registro y sigue sin haber solución”. El programa de líneas nuevas de bus afecta a esta reivindicación directamente, porque los conductores se ven obligados a reducir su tiempo de “descanso”. “En las líneas actuales no hay contemplados paros, pero si quieres mear o comer no tienes ni 15 minutos. El alcalde dice que habrá frecuencias de 20 minutos, entonces a ver cómo nos mete los descansos, porque no somos máquinas”, dice el presidente del comité.

La queja del baño es muy antigua. “No es nada raro, en el 99% de las ciudades tienen baños portátiles y con el covid la mayoría se adaptaron. En Samil, por ejemplo, tienen marquesinas con baño. En Ourense nada. Hay líneas en Ourense como la 4, que cubre la cabecera en Barrocás y Covadonga, en las que se hacen auténticas virguerías para ir a mear. Es que el del bar no tiene por qué dejarnos hacer nuestras necesidades, es un negocio”, explica el presidente del comité. Calcula que con cinco o seis baños portátiles para todas las líneas arreglarían el problema. “Pedimos un baño y poder estirar las piernas, ya solo pedimos 10 minutos y no 20”, insiste.

Caos de tráfico

Por otro lado, los conductores de Urbanos Ourense debatirán con el regidor ourensano sobre la afectación del nuevo mapa en los conductores, además del tiempo de descanso. “Nos da igual qué trayecto cubrir, lo que más inconveniente y dudas nos genera es que el plan no está teniendo en cuenta que en las cabeceras se pueden juntar varios coches. En la cabecera del San Lázaro pueden juntarse hasta cuatro o cinco. Si eso sigue adelante, va a montarse un lío de tráfico”, asegura Fernández.

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