Consultar sinónimos de alcalde

Un somero vistazo al diccionario Ahora que se ha muerto Quino, el "padre" de la repipi Mafalda, la prensa ha caído en tromba a relamerse con los panegíricos, a recuperar las viñetas icónicas del argentino, a reproducir las sentencias de la niña en cuestión. En una de ellas, Mafalda observa cómo su padre, dubitativo, acude a la estantería donde reposan los libros. Toma uno de considerable tamaño, que resulta ser un diccionario, lo ojea y lo deja de nuevo en el anaquel. "Así nunca vas a terminar de leer un libro tan gordo", le dice Mafalda. Sanísimo tomar el diccionario, es como quien ingiere sabiduría en pequeñas dosis. Intencionadamente he ido a buscar significados de la palabra idiota para ver si le iba bien al alcalde, incluso a los ourensanos. Para el regidor elegí la entrada que dice "engreído sin fundamento para ello" y para nosotros la que dice "tonto o corto de entendimiento". Ambas etiquetas casan por motivos que resumo. Jácome tiró palante esta semana con un gobierno anoréxico y una institución que va sin nadie al volante. Asume siete áreas de gobierno y le encasqueta catorce a un recién llegado, Telmo Ucha. De las capacidades de Armando Ojea debe dudar porque solo le endilga cinco. Convoca para mañana una reunión para impulsar el plan de urbanismo porque un estadista siempre sitúa la mirada en el horizonte. La ciudad está famélica y él invita a la corporación a jugar al Exin Castillos. Anuncia una descollante carrera popular de San Martiño con la convicción del que organiza una carrera de sacos y días después la suspende. La idiotez también alimenta putaditas en los despojos de Democracia Ourensana. El alcalde y sus antiguos correligionarios se mandan recados cesando a sus respectivos trotaconventos en el Concello y la Diputación por estar en el bando equivocado. Es el fuego amigo de una astucia cutre. Idiota también va bien para la mayor parte de los ourensanos. En nuestra condición de tontos y cortos de entendimiento toleramos cada día que la idocia se extienda. Pero también hay otros muchos términos en el diccionario que encajan como un guante en estas situaciones. Pueden consultarlo si lo desean. Otra de la parte contratante Con la potencia de fuego informativo de los grandes acontecimientos, este periódico titulaba en portada que al menos PP y PSOE han hablado, lo que equivale a concluir que al menos no son terraplanistas ni antivacunas. Se reunieron en solemne cita para la que fue necesaria la invitación de Ciudadanos. Concluyeron que los tópicos y las obviedades son prendas básicas en el fondo de armario político, como una camisa blanca y un pantalón gris. "Jácome no puede seguir", resumieron populares y socialistas. Y se fueron, cabeza erguida, cada uno por una esquina distinta. Pudieron adornarlo un poco más. Tal vez decir que la delincuencia debería acabarse y la pobreza desaparecer. Quedaron en que la parte contratante de la primera parte es igual a la parte contratante de la primera parte, como Groucho y Harpo en "Una Noche en la Ópera". Cualquier salida a la espiral de absurdos que se vive a diario en el Concello pasa por estos Hermanos Marx de la política local. En la mesa de negociación un contrato farragoso y enrevesado: "Escuche: ¿por qué no hacemos que la primera parte de la segunda parte contratante sea la segunda parte de la primera parte?". Para partirse. Oraciones con sujeto oculto En un discurso empresarial y político ourensano siempre queda lucida una apelación a los lugares comunes. Ninguno tan socorrido como las infraestructuras, sobre todo el AVE. Las intervenciones suelen llevar oraciones con sujeto oculto, para que nadie se sienta aludido: "Había que..." Pero está bien que esas reivindicaciones no caigan en saco roto. En "Cañas y Barro", de Blasco Ibáñez, el Tío Paloma y su hijo Tonet ya no se hablaban pero se hacían entender. "Al aire le digo que había que recoger las redes", decía uno. "Al aire le digo que me parece bien", respondía el otro. Al aire le decimos que necesitamos herramientas para el desarrollo, pero como no nos hablamos, el éter transporta esos frugales mensajes con la ligereza que empuja las hojas este otoño. Es un problema de conciencia y los representantes sociales (referentes es otra cosa) acostumbran a leer discursos en los que el aldraxe por el trato recibido siempre tiene un sitio. Eso sí, con sujeto oculto: "Había que..." Hace un año A Gudiña se creía destino de una autovía planificada por los portugueses para enlazar con el AVE español. A la localidad ourensana acudieron una excursión de políticos como quien va comprar las toallas a Valença. Discursearon, se sacaron la foto y poco más. Esta semana el periódico publicó que Puebla de Sanabria puede birlarle el proyecto a A Agudiña. Ahora sí que había que... Al poner la lupa Todo queda a la espalda de Jácome El alcalde Jácome se puso el traje de las bodas y se marchó al Foro La Toja, evento al que asistieron una buena nómina de políticos, empresarios, especialistas en diferentes disciplinas... Allí fue el todavía alcalde para darse cuenta que no es uno de ellos, que se trata de un coto en el que las medianías comen con el servicio. Quiso enviar una foto a los medios para darse importancia y tan torpe fue la maniobra que las conclusiones son obvias: todo queda a su espalda. Sánchez, Feijoo y otros le enseñan la retaguardia. O él vive de espaldas a la realidad, que también. El portafotos Laureano Bermejo es concejal de Ciudadanos en el Concello de Ourense.Logró que la puerta del partido naranja se entreabriese y no perdió su oportunidad. La ola era buena porque entonces los del partido liderado por Albert Rivera andaban por la pubertad política, dando estirones en cada cita electoral. Bermejo, que venía de la actividad privada, tenía en sangre el venenillo de la política. Primero lo intentó con Unión Progreso y Democracia, aquel partidito que creó Rosa Díaz, para darse cuenta pronto que aquello no quitaría a nadie de pobre. Andaba Ciudadanos con su plan de expansión y buscaban gente, hasta becarios. Laureano Bermejo logró que confiasen en él, le diesen la gerencia y lo enviasen como a San Pedro, a extender la fe por todo el orbe. Ciudadanos estaba desnutrido en Galicia y como gerente de la organización multiplicó panes y peces. Pero, pronto las maniobras de la política le situaron en la cara oculta de la luna. Llegó al Concello como concejal y ahí está desde hace un año y pico. En el partido en Galicia le han dicho que su ciclo ha acabado. Laureano está bajando las escaleras, pero su partido no las está subiendo. Él será un escarmentado más. Que le quiten lo bailado, seguro, pero es difícil que logre que su gris trayectoria sea recordada. Ni añorada.