Convivencia “con normalidad" en las terrazas de las villas de la provincia

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photo_camera Terrazas instaladas en la Praza Maior de Xinzo.

Verín, Carballiño y A Rúa tienen en la agenda una renovación de sus respectivas ordenanzas 

La normalidad es la tónica habitual en las relaciones entre vecinos y hosteleros en las principales villas de la provincia, donde los gobernantes destacan que existe una "convivencia sin problemas", como indica el alcalde de Allariz, Francisco García. "Non temos grandes controversias polo uso do espazo", afirma el regidor, que añade que en el momento de aprobar la ordenanza "fixemos especial énfase na limpeza da zona e tamén no mobiliario".

En Xinzo, por su parte, entró en vigor la normativa el pasado año, "pretendiendo homogeneizar el funcionamiento" de las terrazas, comenta el concejal de Turismo, Carlos Gómez, que destaca la "normalidad, sin incidencias importantes".

Una situación similar viven en Ribadavia, donde el Concello asegura que "nunca hubo ningún tipo de problema", más allá de tener que acudir a la vía ejecutiva para cobrar tasas a hosteleros que tratan de eludirlas.

Mientras, en O Barco, la ordenanza actual "logró superar las reticencias iniciales de los hosteleros, siendo aplicada prácticamente sin problemas", en palabras del alcalde, Alfredo García.

En Celanova, su regidor, José Luis Ferro, asegura "non ter constancia de queixas dos viandantes polos inconvintes que poidan xerar as mesas", y explica que se ofreció la posibilidad de utilizar algunas plazas de aparcamiento para instalar terrazas, "aínda que a día de hoxe ningúen o solicitou".

La situación de normalidad que viven en los principales concellos de la provincia no impide que en municipios como los de Verín, Carballiño y A Rúa se esté trabajando en nuevas ordenanzas para optimizar la regulación de los veladores.

"Está en la agenda porque se necesita una nueva ordenanza", destaca el alcalde de Verín, Gerardo Seoane, que al inicio del verano introdujo ciertas modificaciones en la norma, gracias a un artículo de la actual que da la potestad al alcalde para variarla. Gracias a esto, habilitó que los establecimientos pudiesen mantener abierta la terraza hasta el cierre del local, mientras que antes no coincidían horarios de cierre de veladores y negocio.

En lo que respecta a Carballiño, la idea de adaptar la norma pasa, principalmente, por facilitar un mayor control en el número de mesas que se instalan en las calles del municipio. De esta manera, los hosteleros deberán tener a la vista una relación de unidades autorizadas, además de delimitar visiblemente el espacio para ellas. En la villa del Arenteiro sí hubo ciertas quejas de vecinos por esta situación, que fueron trasladadas al gobierno socialista por el portavoz de Alternativa Vecinal, Bernardo García.

Por su parte, en el Concello de A Rúa, ya trataron en el anterior mandato de dar una vuelta de tuerca a su normativa de veladores, aunque los contactos entre los grupos políticos no fructificaron. Ahora, el bipartito PSOE-BNG ultima la redacción del texto.

"Está prácticamente rematado, en setembro esperamos reunirnos cos hosteleiros para recoller as súas aportacións porque buscamos un texto de consenso e a nosa intención é sacalo no último trimestre do ano", afirma el alcalde de A Rúa, Luis Fernández Gudiña. 

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