Carballiño acogió en su Plaza Mayor el acto preparado por la Filatrónika do Doctor Anchoa como remate del Entroido. Un porco ibérico y una bandera española con un gran cuchillo como mástil fueron pasto de las llamas para simbolizar que lo único y más importante es la gastronomía. Siguiendo este significado, los músicos de la charanga carballiñesa entonaron su letra particular de un himno estatal con referencias al paladar.
Xinzo es el único Concello que pese a celebrar el Enterro da Sardiña se resiste a dar por finalizado el Entroido. Por ese motivo, todavía está previsto para el próximo día 10 el Domingo de Piñata, en el que de nuevo saldrán a la calle las emblemáticas pantallas. No obstante, el entierro reunió ayer a viudas, llorones, sacristanes y público en general, que recitaron satíricas coplas.
En O Barco, el Concello organizó la actividad, que contó con la participación de numerosos vecinos. Tras un breve recorrido remataron en la Plaza Mayor, en donde los participantes recitaron versos, de los que fue protagonista el Rey de España por su polémica contestación al presidente de Venezuela. Entre sonoros sollozos procedieron a quemar el muñeco que representaba los últimos días de fiesta y transgresión.
Ribadavia quemó su tradicional Don Seniño, pero antes el séquito del entierro hizo un par de paradas en el camino para lanzar sutiles críticas a los gobernantes locales. El parque ambiental de Carballeda de Avia, el pacto de gobierno de Ribadavia o la obra de la calle Ribeiro, fueron algunos de los temas elegidos por los vecinos organizadores del evento.
Cea y Maside soltaron sus lágrimas, pero combinando el aspecto fúnebre con el gastronómico para hacer más llevaderas las penas. Y es que en la capital del famoso pan, la sardiña no se entierra ni se quema, más bien se come. Así, el Concello de Cea preparó una gran sardiñada para todos los asistentes al último acto del Entroido. En Maside, la comparsa Azucarados se encargó de la organización del funeral y de un ágape en una cafetería de la localidad.
Barbadás dijo adiós al Entroido con la comitiva fúnebre en la que participaron vecinos del municipio y su alcalde. Los participantes recorrieron la calle principal vestidos de riguroso luto como requería la despedida de la fiesta más desenfrenada del año.
En O Barco, el Concello organizó la actividad, que contó con la participación de numerosos vecinos. Tras un breve recorrido remataron en la Plaza Mayor, en donde los participantes recitaron versos, de los que fue protagonista el Rey de España por su polémica contestación al presidente de Venezuela. Entre sonoros sollozos procedieron a quemar el muñeco que representaba los últimos días de fiesta y transgresión.
Ribadavia quemó su tradicional Don Seniño, pero antes el séquito del entierro hizo un par de paradas en el camino para lanzar sutiles críticas a los gobernantes locales. El parque ambiental de Carballeda de Avia, el pacto de gobierno de Ribadavia o la obra de la calle Ribeiro, fueron algunos de los temas elegidos por los vecinos organizadores del evento.
Cea y Maside soltaron sus lágrimas, pero combinando el aspecto fúnebre con el gastronómico para hacer más llevaderas las penas. Y es que en la capital del famoso pan, la sardiña no se entierra ni se quema, más bien se come. Así, el Concello de Cea preparó una gran sardiñada para todos los asistentes al último acto del Entroido. En Maside, la comparsa Azucarados se encargó de la organización del funeral y de un ágape en una cafetería de la localidad.
Barbadás dijo adiós al Entroido con la comitiva fúnebre en la que participaron vecinos del municipio y su alcalde. Los participantes recorrieron la calle principal vestidos de riguroso luto como requería la despedida de la fiesta más desenfrenada del año.
