"El corte del túnel de la A-52, una gran pérdida de dinero"

Nadie auguraba tres meses de cierre momentos después de que un camión ardiese en el túnel de O Folgoso el pasado día 25. Ahora, transportistas, conductores y usuarios habituales del túnel lamentan los efectos de cambiar de trayectoria: pierden tiempo y dinero. Además será constante: desde el incendio, inmediatamente se cerró el acceso y obligó a todos los viajeros a desplazarse por la carretera de Logroño, un paso pseudoabandonado en los últimos años que no estaba preparado para soportar el peso de la circulación de miles de vehículos cada día. Los principales afectados "El trastorno, a mayores de 30 o 40 minutos, supone una gran pérdida de dinero para un transportista", explica Alberto Vila, gerente de la asociación de transportistas ourensanos Apetamcor. Relata que "la jornada efectiva se ve recortada. La ley establece como máximo nueve horas diarias de conducción y esa media hora de más puede llegar a provocar que haya que hacer noche, lo que es un gasto, para llegar por ejemplo de Vigo a Valencia", explica Vila. La espesa niebla que habitualmente inunda la N-120 a su paso por A Cañiza, es otro de los problemas que se suman al tiempo extra sobre el asfalto: "Ralentiza la marcha y es peligroso para la conducción, además de los baches a los que se atiene todo el flujo de vehículos", indica. Manolo Yáñez conduce cada día un autobús de Vigo a Ourense y viceversa, y afirma que "la carretera esta llena de baches, que aumentan el retraso que ya se sufre al no poder coger el túnel". Mientras espera a que lleguen los pasajeros de un autobús, que llega tarde por el desvío, comenta que "los pasajeros hacen comentarios, la gente está enfadada, aún así disminuyó el flujo de personas que viajan por las restricciones sanitarias". Algunos usuarios del autobús también se muestran molestos por el aumento de tiempo en la carretera: "Yo estudio en Ourense y habitualmente venía los lunes por la mañana porque me daba tiempo a llegar a la primera clase. Si esto va a durar tres meses, tendré que empezar a venir los domingos por la noche", explica Claudia al bajar del autobús. Su compañera, Belén, explica que "la niebla asusta aunque no vayas conduciendo". Sin embargo, no queda más remedio que adaptarse porque el fuego no sólo consumió las paredes, sino también parte del material sensible de control y seguridad, que no es fácil de reponer. Además, según el Ministerio de Transportes, en algunos casos hay que traer las nuevas piezas del extranjero. La Guardia Civil de Ourense indica que "el reglamento de seguridad que rige los túneles en España es más exigente que lo que dicta Europa". Por dicha exigencia, los sensores de CO2 deben estar a punto para restaurar la actividad del túnel. Lo mismo ocurre con el sistema de seguridad que detecta los vehículos que entran y salen: "El tubo de O Folgoso tiene tres cámaras que detectan los vehículos cuando entran y automáticamente se hace un seguimiento del vehículo, si no pasa por los tres detectores, se hace un barrido y se activan las alarmas", explica un agente de la Guardia Civil.