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El coste de la vieja red eléctrica de Ourense: "Los apagones son constantes"

La calle Carballo de Rabo de Galo, afectada por una caída de luz de casi cinco horas el pasado 1 de diciembre.
photo_camera La calle Carballo de Rabo de Galo, afectada por una caída de luz de casi cinco horas el pasado 1 de diciembre.
El Concello de Ourense asume la necesidad de modernizar el servicio y evitar las averías que se repiten en los barrios 

Tras los sucesivos cortes de suministro eléctrico de los últimos meses en la ciudad –el más grande, en marzo, cuando alrededor de 5.000 ourensanos de la zona centro se quedaron sin luz durante dos horas–, el gobierno local mueve ficha y se propone una reforma integral de la red. Los vecinos demandan una mejora sustancial en el servicio, que casi todos los meses se cae en alguno de los barrios. "El cableado es antiguo, tiene problemas para soportar la tensión a veces, cuando llueve suele fallar...", reconoce Miguel Caride, concejal de Infraestructuras. 

El Concello planea empezar a realizar inspecciones en la red a principios del mes de enero para localizar los puntos más deteriorados y valorar el estado de la misma en conjunto. "Está contemplado en los presupuestos del año 2020, vamos a revisar todas las intalaciones del alumbrado público de la ciudad", avanza el concejal. De forma paralela, el gobierno local realizará cambios para adaptar la iluminación municipal a un programa de eficiencia energética. "Colocaremos bombillas led en las farolas o puntos de autorrecarga a través de energía solar, entre otras novedades", detalla.


Quejas continuas


Vecinos de diversos puntos de la ciudad se quejan sistemáticamente de cortes de luz en sus barrios. El pasado mes de agosto, la asociación As Termas envió un escrito al gobierno local para exigir la revisión de los puntos de luz cerca de la estación de autobuses, donde se producían apagones en las calles a menudo. En octubre, el sistema eléctrico falló en Velle y parte de As Lagoas –alrededor de 1.500 vecinos se vieron afectados por la falta de luz en sus viviendas–.

En las últimas semanas ocurrió en zonas de Mariñamansa o Rabo de Galo, donde la afectación se notó viviendas y comercios de la zona. "As avarías eléctricas impídennos traballar, aínda que duren pouco, e nos últimos días houbo varias", señala Begoña Diéguez, que trabaja en una frutería de Mariñamansa. "Aquí cando nos pasou foron dúas horas pola noite e tamén volveu pasar pola mañá", señala un vecino de As Lagoas. Desde el barrio de O Polvorín se quejan de falta de luz pública en parte de las calles desde hace más de un mes, y reclaman soluciones al gobierno local. "Los apagones son constantes. Espero que sea verdad que las luces navideñas llegan este año a todos los barrios, así seremos visibles", reclama una lugareña. "¡Parece que nos tenemos que sacar los chalecos amarillos para poder pasear!", ironiza. 

Caride, conocedor de la situación, avanza que el proceso de renovación será largo: "Es normal que haya muchas quejas, hay fallos que pueden repararse rápidamente, pero en general tenemos que abordar una reforma que llevará mucho tiempo. Es una planificación que nos va a llevar todo el mandato, va a ser una reforma seria". Por su parte, desde As Lagoas reclaman: "Hai nada que levantaron toda a rúa para arranxar o cableado, non entendo como pode ser que siga dando problemas".


Otras mejoras


Desde el gobierno local aseguran que, junto con la actuación integral de la red de suministro eléctrico, durante el próximo año 2020 también se abordará una reforma del pavimento de las calles o de la red de saneamiento, debido a su mal estado actual.


Rabo de Galo: "Estuvimos sin luz, sin calefacción y sin cocinar"


Los vecinos de Rabo de Galo sufrieron una caída del suministro eléctrico el pasado 1 de diciembre durante casi cinco horas. "Llamé para explicar lo que pasaba hacia las dos de la tarde, de repente nos quedamos sin luz en todas las casas", explica la vecina Rosa Pereira, que asegura que no es común que suceda algo así en la zona. "No recuerdo que estuviésemos así tantas horas en otras ocasiones", comenta. El fallo del sistema interrumpió las comidas –en muchos casos, las cocinas son eléctricas–, y dejó a los vecinos sin calefacción. "Ahora que todo funciona con electricidad, una caída de este tipo sí que te afecta y lo notas, sobre todo si estamos en invierno, y en esta zona tenemos que recordar que hay muchas personas mayores que se quedaron sin calefacción", añade Pereira. Pasadas las seis de la tarde llegaron los técnicos, y sobre una hora más tarde ya había luz. "Creo que el problema fue que un transformador se había inundado de agua", apunta otro vecino. A Pereira no le extraña que se produzcan problemas  en el sumistro, ya que el cableado del barrio es muy antiguo: "Yo creo que está ahí desde que yo era niña, sin que lo cambiasen". 

En Mariñamansa también han sufrido varias caídas de luz durante las últimas semanas, que afectan a viviendas y comercios. "Duraron pouco pero pode estropear algunha das neveiras que necesitamos para conservar a froita na tenda", apunta Begoña Diéguez. Los fallos también afectan a los clientes: "Eles non esperan que volva a luz para pagar, isto téñeno que arranxar dunha vez".

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