Eventos religiosos, socioculturales, festivos.... Las consecuencias de la pandemia han obligado a cancela decenas de actividades y ponen en jaque algunas de las más importantes que la provincia celebra cada año, amenazando incluso la celebración de las fiestas de la ciudad y algunas de las más importantes de las villas.
Una de las primeras víctimas fue la Semana das industrias culturais e Creativas, Ourense ICC Week, que tendría que estar celebrándose precisamente esta semana, con conclusión el próximo domingo. La previsión es realizarla el próximo otoño.
Es solo una de los múltiples eventos tocados por el COVID-19. Quizás el de mayores magnitudes hasta ahora, junto a la Feira do Viño do Ribeiro, la feria vitivinícola más antigua de Galicia, prevista para la primera semana de mayo. Ahora, queda por dilucidar si esta 57ª edición se cancela o se organiza más adelante. Este año, se habían inscrito 31 participantes, entre bodegas y colleiteiros. El Concello y el Consello Regulador están pendientes de la evolución de los acontecimientos.
Lo peor llega ahora. En la ciudad, "a festa da primavera e da xuventude, da ledicia e da lembranza", los maios, parecen descartados. Ni hay previsiones de permitir grandes concentraciones, ni hay tiempo para confeccionarlos. Y eso que este año el Concello preparaba cuatro días de fiesta.
Y es que si la ausencia de los maios es difícil de digerir, más lo serán las fiestas mayores de Ourense, tradicionalmente celebradas a finales de junio. "A xente agora non fai contratos, hai moita incertidume, estamos a expensas do que nos digan, hai que esperar, témolo moi complicado", dice el concejal de Cultura, Mario González, que abre la puerta a la esperanza: "Tampronto isto se aclare e teñamos un horizonte, imos poñernos a traballar co máximo esforzo".
Sucesión de cancelaciones
El Concello ha tenido que cancelar también el festival de Música Sacra, "que era esta semana", así como toda la programación dedicada a las Letras Galegas. En este sentido, a nivel provincial, se ha cancelado la Romería Etnográfica Raigame, fiesta de música y exaltación de la cultura tradicional gallega que se celebraba en ese fecha en Vilanova dos Infantes. Ahora, tocará celebrarla en 2021, según confirmaron los organizadores. Esto supondrá una importante merma para artesanos y hosteleros.
En la ciudad, no pudo celebrarse el Día Mundial del Teatro con la programación ya preparada, y se vieron obligados a cancelar la fiesta de San Lázaro, al igual que Verín, que suspendió una Feira do Lázaro que cada año junta a miles de personas.
En el plano cultural, Ourense se iba a convertir en este 2020 en epicentro de las celebraciones del 100 aniversario de la Xeración Nós, y tiene previsto celebrar el quinto aniversario del festival OurenRock Sound, a finales de mayo, sin noticias, de momento, de cancelaciones.
Se ha tenido que paralizar el Festival de Jazz del Café Latino, que se desplazará a noviembre. "Xa empezaban a principios de marzo a caerse grupos, os contratos todos firmados son agora papel mollado. Agora empezaremos de novo, o importante é sair, xa temos un par de cousas pensadas", dice su responsable, Eduardo Rodríguez.
También se ha cambiado de fecha, hasta la primera quincena de julio, la 25ª edición de la Mostra Internacional de Teatro Universitario (MITEU), prevista para abril.
El Café&Pop Torgal ha cancelado hasta después del verano toda la programación, "porque no tiene pinta de que la normalidad vuelva pronto. Hemos reubicado algunos conciertos, y en otros, las giras se han perdido", indica David Pedrouzo, responsable de la sala. "Nos preocupa volver a tener actividad comercial, porque más allá de los eventos, las salas tienen una actividad que ahora es cero".
En cuanto a los conciertos de SON Estrella Galicia, como programador está intentando "reubicar todas las fechas", pero ya trabajando en el horizonte otoño-invierno y 2021, "porque nos estamos poniendo plazos para el peor de los escenarios". En cuanto a la contratación, el verano "parece perdido", hay movimiento para final de o, "porque intentamos cerrar las cosas con tiempo".
Semana Santa y Fátima
En el apartado religioso, la cancelación de todas las procesiones de Semana Santa es una de las grandes notas negativas, a las cuales se siembra ahora la duda de la Novena de Fátima y la procesión del día 13 de mayo, donde miles de devotos toman las calles de la ciudad. Su celebración, el 13 de mayo, es el motivo de celebración de unas fiesta de O Couto que también penden de un hilo, al igual que otras celebraciones multitudinarias, como las fiestas de Vistahermosa, A Cuña y A Follateira (todas en mayo) o las de A Valenzá (Barbadás), en junio.
Fiestas de barrios como Novo Barrocás han tenido que aplazarse para después del verano, mientas que la Festa da Xuventude, en Amoeiro, prevista para este fin de semana, con la Panorama como gran reclamo, se ha suspendido. En cuanto a la celebración de grandes eventos, Expourense decidió mover al último cuatrimestre la feria de servicios funerarios Funergal.
Santa Rita y O Boi, pendientes
Peligran, más allá de la ciudad, las fiestas de Santa Rita de O Barco. Quedan varias semanas para el 22 de mayo, pero parece difícil. "Es impredecible, pero veo muy difícil que en mayo se puedan hacer grandes concentraciones", deslizó el alcalde, Alfredo García. En la parte oriental de la provincia, la pandemia obligó a suspender la Festa da Vitela de O Bolo, prevista para el 13 de abril, así como el IV Festival e Feira Medieval no castelo. Otro importante evento cancelado es la Andaina &Trail San Xil.
En Verín, el COVID-19 ha obligado a posponer las Jornadas de Novel Histórica y la Feria del Libro, que iban a coincidir en tiempo y lugar el pasado fin de semana. También se suspendió el MUMI (encuentro de profesionales del sector musical de Galicia y el norte de Portugal), con cuantiosas pérdidas para el sector hotelero, cuya ocupación rozaba el lleno para esas fechas.
En Xinzo, donde no aguardan grandes celebraciones, sí lamentan, en palabras de la alcaldesa, Elvira Lama, las pérdidas que se producirán por la Semana Santa, algo extensible a todo el rural .
En O Ribeiro, la cancelación de la Feira do Viño y la Semana Santa son piezas angulares: "Hostaleiros e comerciantes conseguen eses días unha importante inxección económica que os axuda a resistir o resto do ano", explica el alcalde de Ribadavia, César Fernández, que cree que la cancelación de estas dos fiestas tiene una influencia "moi negativa" .
La ausencia de turismo, por la cancelación de la Semana Santa organizada por la Cofradía La Vera Cruz, es lo que más preocupa a Carballiño, sobre todo por la afección en hostelería y el comercio. También se ha paralizado la programación prevista por el 75 aniversario del fallecimiento del arquitecto Antonio Palacios, y toda la actividad cultural.
En Celanova, aparte de Raigame, tampoco se celebrará la Feira da Oportunidade del Jueves Santo, que congregaba entre 5.000 y 6.000 personas, coincidiendo con el mercado semanal y con la llegada de mucha gente que vivía fuera. Julio Gosende, cara visible de la feria, no descarta celebrarla en otoño, "pero todo está por hablar".
En Mercado Xurés, de Bande, tampoco abrirá sus puertas este 5 de abril, mientras que la Ourense Strade Termal, prueba cicloturista por el Xurés-Gerês, que celebrarba su tercera edición, se posterga al 4 de octubre. Para después del verano quedarán también la Camiñada de Montaña de Entrimo, la Festa da Empanada de Forquelas e Cachena da Serra do Quinxo, en Terrachán (Entrimo).En Allariz, se ha cancelado la Semana Santo ao Vivo, se aplazó la OCR Vila de Allariz para el 19 de septiembre y sigue sin noticias la afección (o no) del coronavirus a la celebración más emblemática, la Festa do Boi, que este año se celebrará entre el 6 y el 14 de junio.
