El covid en el disparador

El fotógrafo no puede ser un espectador pasivo, no puede ser realmente lúcido si no está implicado en el acontecimiento”. La frase es de Henri Cartier-Bresson, no en forma casual apodado “el ojo del siglo XX” y considerado el padre del fotorreportaje. Hubo en el pasado acontecimientos muy difíciles de cubrir a nivel fotográfico pero seguro ninguna época fue tan impredecible como la causada hoy por una pandemia cuyas consecuencias son aun inciertas. Es dicha incertidumbre y el hecho de ser no solo fotógrafos sino también protagonistas del covid-19 lo que hace que los ourensanos dedicados a estas lides estén expectantes a uno y otro lado de un objetivo que va de la vida misma. Henri Cartier-Bresson dixit: “No me interesa la fotografía sino la vida”. Xosé Lois Vázquez: “O mundo conxelouse como unha instantánea imposible” "1. Marzo. Quedo co dedo pegado ao disparador nun case eterno clic, que alumeou foto de fondo díáfano con cuadradiños e personiñas cruzado por 'algos' que deixan trazas. E berros. Berros terribles de garfo que renxe na louza. Amplificado: 'Os mortos son por Vds.; infestan España de cadaleitos; o oito de marzo propagaron a morte para que nos invadan bolivarianos e chinos comunistas; Vds. son a pandemia; Vd. é fillo de terrorista; os vellos que aparecen mortos en residencias? Vdes. teñen máis! ademais, tamén se morre por accidente de ciculación'. E seguen. O dedo non responde, paralizado de horror. 2. O mundo conxelouse como unha instantánea imposible na que detrás dos berros, na cuadrícula diáfana de fondo, o 99% da cidadanía actuaba de forma harmónica coas consignas sanitarias. Mentres, as miñas compañeiras/os de profesión quedaron sen encargas. Salvo foto-xornalistas e documentalistas. Uns e outras percorreron a aparente nada abrindo xanelas máis aló con imaxes cheas de tenrura, ás veces de dor e outras, vehículo de denuncia. Moi distintas daqueloutras pousando nun water amándose con raiba no espello, ou pastoreando ovellas nun curral, ou pousando con avión: 'Comproumo papá para min toda', ou as de persoas en formación, no quilómetro cero Imperial, mentres pasa revista BerroUn. 3. Logrei soltarme do disparador para volver facer clik: agora BerroUn está tonteando co narco estado holandés voraz de mulleres expostas con precio de violación en vitrinas, e mafiosos da evasión fiscal. Seguinte fotografía: BerroUn ao seu, pisando a dor impasible o ademán tonteando con BerroDous". Alberto Estévez Quintas: “La gente quiere normalidad” "Cuando se activó el estado de alarma todos nuestros trabajos se cancelaron, porque nosotros además de trabajar en bodas trabajamos mucho con niños y bebés y la gente estaba con mucha precaución. También nos afectó por la limitación de las parroquias a un aforo; por ser inviable una comunión con veinte niños, más que la gente que ve que tiene que estar en la iglesia con mascarilla, entonces imagínate los reportajes que salen. Hay gente a la que le gusta tener el recuerdo con la mascarilla y otra gente que no la puede ver delante; le ha cogido manía. Por otro lado es verdad que la gente está muy esperanzada porque quiere normalidad, quiere hacer sus comuniones, quiere hacer sus bautizos pero siempre con un límite. Entonces, en este tipo de trabajo posiblemente nos recuperemos un poco con veinte, o treinta personas, ahí podemos repuntar, si la salud general lo permite y el virus no vuelve a afectar lo que son ceremonias pequeñas es posible que se celebren a lo largo del verano pero las bodas no, directamente se aplazaron para el año 2021. Porque la boda no solamente es la iglesia; la boda pide fiesta, llevar dj, bailar, tener barra libre, todo lo que no se puede… entonces se lo tomaron muy a rajatabla y desde el mes de marzo se canceló todo. Estuvimos cerrados y recién abrimos en julio porque al día de hoy tenemos un diez por ciento de bodas respecto del año anterior. Y tomamos la decisión de abrir uno solo de los dos locales que teníamos. Esta pandemia nos obligó a tomar decisiones económicas para reducir costos. Pero por lo menos vemos que la gente está animada y quiere retomar las celebraciones. Mi percepción es que la gente quiere normalidad pero también que está más concienciada". Santiago Barreiros: “La cultura es una gran damnificada” "Yo ya estoy acostumbrado a trabajar en casa y aproveché que tenía un proyecto para hacer un libro y me puse a ordenarlo y clasificarlo y editarlo para hacer una maqueta que ya tengo presentada. Es un libro en blanco y negro de carácter etnográfico y estuve dos meses con él trabajando; la verdad que utilicé muy bien el tiempo del confinamiento: salía una vez a la semana a hacer la compra y el resto del día con el ordenador. Fue un trabajo arduo y estuve muy entretenido. Soy un privilegiado porque tengo un espacio con luz, tengo qué comer y qué hacer y puedo estar conectado a través del ordenador. Yo en lo que noté el confinamiento fue en las relaciones sociales, que es una parte fundamental de nuestra vida que perdimos. Pero en lo laboral estuve muy bien porque además al no tener distracciones de ningún tipo estuve más concentrado. El tema es ver a partir de ahora cómo se hace, por ejemplo, una presentación. Habrá que ver qué pasa con la cultura porque es una gran damnificada. Si ya no le hacían mucho caso antes ahora aún menos: cierran las salas, cierran las librerías, los actos culturales son cada vez más pequeños. Yo soy pesimista y más en esta ciudad porque no veo ideas ni plan de estímulo ninguno. Es angustioso tener cosas en la cabeza para hacer y que nadie te las escuche, parece que a veces uno tiene que mendigar cuando la cultura tendría que ser una acción social fundamental. Hay una decadencia bastante grande del ser humano en general. Ahora con la pandemia todos estamos reflexionando pero yo no soy muy optimista con eso porque la gente tiene muy poca memoria. No veo yo que la cultura y la educación vayan a mejorar por arte de magia". Manuel Cabaleiro: “Los fotógrafos estamos arruinados” "El panorama lo veo desastroso porque ir a un concierto para 400 personas y sentados y a ver si hacen eléctrico o no nunca va a ser lo mismo. Entonces el futuro lo veo negro, negro, negro. Quizá un concierto más pequeño en un pub con 30 personas sentadas con mascarilla pero eso para un fotógrafo está fastidiado. Tampoco se pueden hacer buenas fotos de un grupo si su público está sentado o distanciado. Además igual que el público se reduce los fotógrafos también se reducen, en el caso de cuando se hagan festivales que por ahora no se van a hacer, están todos cancelados. Un fotógrafo de conciertos en directo de aquí a un año muy mal lo veo, salvo el que haga fotos para portadas de discos y posados y ese tipo de cosas. Con los dedos de una mano como mucho podrás contar quién pueda vivir de esto. Sin el coronavirus ya estaba muy mal, porque no estaba bien pagado, y ahora con esta historia muchísimo menos. Los grupos también empezarán a cobrar menos y a tocar por donde puedan y cómo van a pagar un fotógrafo. Tampoco se puede pagar una sala para meter 30 personas, no es redituable. Los fotógrafos estamos arruinados, casi tanto como cualquier grupo y como casi cualquier persona".