Bajo un sol de justicia, los vecinos de Beariz se reunían en la mañana de ayer, como cada mañana de sábado o domingo, en los bares de la localidad para compartir un vino y conversar sobre los temas de actualidad. En un fin de semana normal el centro de la discusión sería el fútbol, pero en este momento ha sido sustituido por el covid-19 y el brote surgido en este pueblo en torno a una familia de emigrantes mexicanos.
"Ellos llegaron y cumplieron con todas las normas de la cuarentena; ha sido mala suerte", señala María Isabel Testas, dueña del bar "A Xuntanza", que está justo enfrente -carballeira de por medio- de la casa de los afectados por el virus. Es comprensiva, y es que, quien más quien menos en esta localidad, tiene un familiar al otro lado del charco. "Ayer llegó mi suegra y todavía no la he podido saludar; fue del taxi a su casa, directamente. Le llevan la compra directamente de la tienda".
Anselmo Rial está tomando un vino en la terraza, a la sombra. "Yo sigo mi vida normal, tomando los vinos con los amigos, sin más. No tengo miedo por el brote". Quienes le acompañan coinciden en el diagnóstico. También en otro bar situado a unos metros, el "Beariz". "Parece que está todo controlado, los casos están localizados, así que miedo, no; precaución", señala Mariana Antón, mientras sirve un refresco. Matiza, eso sí, que "quien lo está pasando mal es el taxista que llevó a la chica", porque hay gente que tiene prevención a que le haga la carrera. "Yo llevé a esa persona a Ourense, pero me hicieron el PCR y dio negativo, así que no tengo nada", explica el taxista, Manuel Covela.
Unos metros más allá del "Beariz", Julio, un emigrante mexicano que conversa a través del móvil bajo el porche de su casa, apunta que "llegué el lunes, tras pasar la cuarentena desde el 1 de abril en México. Ayer me hicieron el PCR y me dan el resultado la semana que viene", explica.
Es uno más de "nuestra gente", como los catalogan los vecinos de Beariz a sus inmigrantes, sobre todo en México, que regresan cada verano, siendo siempre "bienvenidos", aunque sean conscientes de que "esto -por el brote surgido esta semana- podía pasar", explica Isabel Testas.