El emporio gastronómico catalán Grup Iglesias, fundado por el ourensano Cándido Iglesias, y ahora dirigido por sus hijos Juan Carlos, Borja y Pedro, se ha visto obligado a entrar en concurso de acreedores, víctima del coronavirus. Este grupo referente de la restauración en Barcelona ha visto laminado su modelo de negocio "made in O Couto", barrio donde se crió su fundador, que con 14 años emigró a Cataluña.
Desde la familia señalan a las restricciones por la pandemia como causantes de la situación, ya que los restaurantes eran rentables pero les cogió en plena reestructuración, tras cerrar uno de los negocios que mantenían con el futbolista Leo Messi. Pese a la rentabilidad del resto de restaurantes, no fueron capaces de aguantar un año de continuos gastos, insuficientes ayudas y continuos ERTE.
El Juzgado de lo Mercantil número 11 de Barcelona aceptó a trámite el concurso voluntario abreviado por deudas de 7,5 millones presentado por el grupo. Según el diario Metrópoli Abierta, el concurso tendría dos salidas: una quita negociada con los acreedores que permita continuar o buscar un inversor.
El concurso de Grup Iglesias afecta a los restaurantes Espai Kru, Rías de Galicia y Cañota, así como las sociedades de gestión Gestigles y Guizanda. Los Iglesias compartían el grupo ElBarri con los hermanos Ferran y Albert Adrià, un polo de turismo gastronómico de alto nivel que se ha disuelto y que gestiona los restaurantes Enigma, Hoja Santa, Bodega 1900, Tickets y Pakta.
El emporio hostelero creado por Cándido, y ahora dirigido por sus hijos, llegó a contar con medio millar de empleados y una docena de locales abiertos en Barcelona, Madrid y Londres, incluido uno en el Camp Nou. En los últimos 12 meses, según La Vanguardia, el grupo tuvo que reducir su plantilla de 230 a 130 trabajadores, casi todos en ERTE. Según Juan Carlos Iglesias, "los negocios funcionaban, pero las pérdidas del último año fueron brutales".
De O Couto a lo más alto
A Cándido Iglesias, nacido en 1940, la hostelería le venía en la sangre, ya que sus padres regentaban una casa de comidas en el número 47 de la avenida de Portugal de Ourense. Con 14 años cogió un tren a la capital catalana para buscarse la vida.
Pronto consigió fama como camarero, hasta abrir su primer restaurante, la marisquería Panduriño, en 1972, que en poco tiempo se consagró como uno de los restaurantes gallegos de éxito en Barcelona.
Con su esposa, Purificación Fernández, creó en 1986 Rías de Galicia, en la zona del gran recinto ferial, que se convirtió en una de las marisquerías más visitadas de la ciudad condal.
