Solidaridad

Crece el número de familias que solicitan ayuda a Cáritas en Ourense

El obispo Leonardo Lemos presidió la Jornada mundial de los pobres ayer en San Pío X. (Foto: Lara Blanco)
photo_camera El obispo Leonardo Lemos presidió la Jornada mundial de los pobres ayer en San Pío X. (Foto: Lara Blanco)
Las parroquias, que celebraron la Jornada mundial de los pobres, atienden de media a 400 personas

La parroquia de San Pío X vivió este domingo un día de convivencia para celebrar la III Jornada mundial de los pobres con la presencia del obispo Leonardo Lemos. En unos tiempos en las que muchas familias acuden a Cáritas en busca de ayuda, organizaron una comida que reunió a voluntarios de San Pío X y a las personas que solicitan apoyos.

María Tabarés, directora de Cáritas Ourense, destaca la situación actual para las personas que no lograron salir de la pobreza después de la crisis, que se complica. "Estamos observando que aquellos que no salieron están en una situación crónica de exclusión social". Tabarés describe la incertidumbre del momento actual: "Estamos en un periodo transitorio en el que sigue habiendo gente pasándolo muy mal". 

Las cifras de atención son muy similares en las parroquias ubicadas en los barrios más poblados. "Nosotros tenemos a unas 400 personas, en unas 155 unidades familiares", comenta María del Carmen Pintos a la hora de valorar la situación en As Caldas, donde colabora. En San Pío X, María del Carmen Rodríguez es una de las voluntarias y constata el aumento de personas en busca de ayuda:  "Hay 400 personas en unas 120 familias, muchas de ellas se dieron de baja hace años y ahora han vuelto". Esta situación la confirma también Pintos: "En la nuestra sucede lo mismo".

En San Pío X, trabajan durante la semana para llegar a todo aquel que lo necesite. "En esta parroquia todos los jueves tenemos algo, una vez al mes hacemos el reparto grande y hoy - por ayer - tenemos esta comida compartida", señala Rodríguez. Ayer reunieron a 120 personas para celebrar la jornada con "102 socorridos y el resto somos voluntarios", explica Rodríguez.


 

"Los escuchamos"


En Cáritas parroquial ofrecen apoyo todos los días. "Trabajamos durante todo el año, los atendemos y los escuchamos", apunta Pintos. En su convivencia con aquellas personas que acuden a Cáritas parroquiales, Rodríguez aprecia que a veces "solo necesitan que los escuchen",  a lo que Pintos añade que "simplemente quieren que estés con ellos".

En la situación actual ven un retroceso en su aparente mejoría. "Tuvimos unos años que parecía que todo iba mejor, pero llevamos un tiempo, especialmente con emigrantes de otros países, que atendemos cada vez a más personas", explica  Rodríguez.

 Para Pintos es un problema generalizado que puede pasarle a cualquiera: "Familias a nuestro lado, con una situación económica estable, de repente se quedan sin ahorros y sin nada".

Tabarés apunta a que el problema no es la inmigración: "Las cifras demuestran que no se llevan todas las subvenciones, de igual modo son personas y tienen derecho a que se les ayude". Desde su perspectiva considera incorrecto el trato a los emigrantes: "No nos roban el trabajo, cogen los que no quieren los nacionales y deberíamos agradecerles que cuiden y acompañen a los mayores, cosa que nosotros no hacemos".



El voluntariado de Cáritas

María del Carmen Rodríguez, voluntaria en San Pío X | "Personas a las que les enseñé a leer, ahora vienen con sus nietos"

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María del Carmen lleva 58 trabajando con las personas que acuden a San Pío X en busca de ayuda."Los conozco a todos", cuenta.  Son muchos años por los que han pasado miles de personas.  "A algunos de los que yo les enseñé a leer, ahora acuden aquí con sus nietos a buscar un apoyo ", relata esta experta voluntaria de Cáritas.


María del Carmen Pintos, voluntaria en Santiago de As Caldas | "Vienen sin nada solo para que sus hijos estén seguros"

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María Del Carmen Pintos colabora con Cáritas en Santiago de As Caldas desde hace años. En su parroquia apoyan a familias que acuden con menores y les explican su situación. "Tenemos a personas de Sudamérica que vinieron para aquí con lo puesto, por miedo a no garantizar seguridad a sus hijos", cuenta.

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