Un año más, las áreas termales situadas en las orillas del Miño vuelven a anegarse por la crecida del río. Según los datos que maneja la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, durante la tarde de ayer el nivel del Miño creció por encima de los 3,3 metros, un nivel inferior al registrado la pasada semana pero que provocó que las pozas y charcas quedasen totalmente inundadas.
A diferencia de otros años, sin embargo, las restricciones sanitarias provocadas por la pandemia del coronavirus mantenían inutilizadas las termas públicas –aunque algunos vecinos no respetaban la norma y se saltaban la prohibición–, lo que no impedirá que en los próximos días, cuando baje el nivel del Miño, sea necesario evaluar el estado de las áreas de Muíño da Veiga, A Chasvasqueira y Outariz para proceder a los arreglos necesarios. Cada año, Concello y Diputación destinan partidas al mantenimiento de las riberas del río Miño.
La oferta termal de la ciudad se reduce, por tanto, a las instalaciones privadas de Outariz, dado que en el casco urbano la piscina de As Burgas permanece vacía y sin posibilidad de uso al no poder ofrecer todas las garantías sanitarias a los usuarios.