La crecida del río, nueva traba para las termas de Ourense

Cerradas desde marzo de 2019, primero por el covid y después por el retraso para adaptarse a la ley termal de la Xunta, ahora se suma una nueva piedra en el camino. Las crecidas del río que inundan A Chavasqueira y Muíño impiden ya hasta los baños furtivos. 

A las termas públicas de la ciudad no hay quien las quiera.  Llevan cerradas desde principios de marzo de 2020, cuando se desató la pandemia. Primero fue el covid y después el retraso para adaptarse a la ley de la Xunta para optimizar los recintos termales. Por una cosa o por otra, uno de los iconos de Ourense sigue cerrado. Y ahora, como cada invierno, se suma otra amenaza, las crecidas del río. Y es que en las últimas jornadas, tanto las termas de A Chavasqueira como las de Muíño da Veiga desaparecen durante varias horas al día, sepultadas por las aguas del Miño, que crecen de forma abrupta al empezar a turbinar el embalse aguas arriba, al aumentar las lluvias. 

Este golpe, habitual cada año al estar estas áreas termales construidas en zona inundable, en plena ribera del Miño, son, sin embargo, un nuevo golpe al termalismo ourensano. Y es que aunque están cerradas A Chavasqueira, Muíño da Veiga, Outariz y Burga de Canedo, en las primeras, ahora inundadas varias horas al día, eran utilizadas por algunos vecinos que desafían las prohibiciones, al tener todavía agua. Pero, ahora, ni de eso parecen poder disfrutar. Las de O Muíño se inundan también y las otras dos, en las que está previsto que las obras permitan su reapertura de cara a 2022, están totalmente vacías.

Pendientes de las obras

La Concejalía de Termalismo, que dirige la popular Flora Moure, a la que el alcalde, Gonzalo Pérez Jácome, quiere quitar competencias, adjudicó el pasado día 7 de diciembre, según se recoge en el perfil del contratante del Concello, por 35.610 euros las obras para acondicionar la zona termal pública de Outariz, cuyo plazo de ejecución es de 42 días. Esto implica que como mucho deberían estar rematadas a principios de febrero.

Mientras, el propio Jácome, que dijo hace unos días que asumiría las obras, ya ha culpado a estas crecidas del río de los posibles retrasos que pueda haber en el acondicionamiento de los espacios termales.  

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