Javier Solana, exministro del PSOE y exsecretario general de la OTAN, tiene las claves para conocer qué va a pasar mañana
Una de las primeras impresiones de Solana al bajar del coche que le trajo a Ourense es el de una señora que, colgada de su cuello, le dice: "Javier, tú no te acordarás pero me pusiste una rosa en el escote hace muchos años en el Avenida". A ese coche regresamos después a conversar con él, lejos de la señora cuyo marido se afilió a la UGT al día siguiente de muerto Franco porque "a saber qué iba a pasar en el país". Solana lo sabía entonces y tiene muchas claves para conocer qué va a pasar mañana.
¿Qué le pronostica a su partido [el PSOE] en estas elecciones?
No veo encuestas. No me gusta dejarme influir. El Partido Socialista va a tener unos buenos resultados. No quiero decirte si va tener 205 escaños, o 192 o 97, no lo sé. Va a tener un resultado digno y se abre una época nueva de la política. El PP va a bajar mucho. Va a ser una situación que no se ha conocido desde la Transición. Lo que vamos a ver ahora es un tema muy distinto, no sé de qué magnitud, pero habrá más partidos, tendremos un Parlamento mucho más vivo con una vida política más activa y con un seguimiento más estrecho. No como el último gobierno y el tema de Bárcenas. Habrá más "accountability" (rendición de cuentas) porque la gente es más exigente y la democracia saldrá fortalecida.
¿Por qué los emergentes quieren el espacio del PSOE y en qué situación se encuentra el socialismo en esa carrera por su propio caladero?
Es lógico, ¡es que nosotros teníamos unas mayorías fantásticas! El PSOE ha sido un pilar fundamental con un cargamento de votos muy sólido. Nosotros lo que tenemos que hacer es no dejárnoslos quitar. Es ley de vida. Yo, desde luego, digo que tenemos que tirar hacia delante, porque hay un 80% de personas que quieren un cambio y ese cambio tiene que darse con un descanso del Partido Popular. Yo creo que el PP ha gobernado, en modos, mal. En decisiones políticas, muy mal, y desde luego en su credibilidad y en el comportamiento con las instituciones, a la hora de prestigiar por ejemplo el Parlamento, estarían entre el 0 y el 1.
¿Qué recomendaría a Pedro Sánchez en caso de que llegara a la Moncloa y se encontrara con una llamada de Hollande pidiéndole ayuda militar en Siria?
Le diría que fuera natural, que se sienta cómodo y que haga lo que tiene que hacer porque lo sabe hacer muy bien. Nosotros conocemos lo que Hollande necesita, no hace falta ser un genio. Lo que hay que hacer es dárselo. Hollande nunca te va a pedir poner soldados en Siria porque no lo hace él. Hace ataques por el aire. Así que puedes estar seguro de que no nos lo va a pedir. Hay que hacer otras cosas: cooperar mucho más en inteligencia, cooperar mucho más entre la Policía. Pero eso hay que hacerlo con calma.
Unos resultados negativos para el PSOE podrían generar un clima de tensión interna.
El partido no necesita estar unido sólo en la campaña electoral. Las discusiones en los partidos son sanísimas pero eso no significa que estén rotos. Están discutiendo los unos con los otros y las discusiones inteligentes entre los militantes es lo mejor que le puede pasar a un partido.
En ese caso, el PSOE gallego y ourensano es el más inteligente que conozco.
(Risas en el coche). Por eso estoy aquí.
¿Un PSOE débil puede representar los intereses de Ourense y de Galicia como le exigen?
No va a ser débil, ten la seguridad. En cierta manera, en este Parlamento todos vamos a ser más fuertes. Por tanto, la búsqueda de acuerdos va a ser fundamental. Lo que hay que saber es quién va a tener la capacidad para construir consensos, y en ese sentido creo que el PSOE ha demostrado con creces que son capaces de reunir a personas diferentes con más facilidad que el PP. El PP no ha conseguido sacar una sola ley sin emplear su mayoría absoluta.
¿Qué puede ofrecer el PSOE que no haya ofrecido ya o que no haya tenido oportunidad de gestionar en sus muchos años de poder?
Mucho, el mundo es distinto hoy al de hace cinco años. Se abren una cantidad muy grande de posibilidades de hacer cosas nuevas. A mí me gustaría un gran pacto social para el Estado de Bienestar. Y me gustaría que fuera nuevo, mirando al siglo XXI y al XXII, no al siglo XIX. Y eso creo que se puede hacer.
