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La crisis asoma: 2019 se perfila como el año de menor creación de empresas

Los nuevos negocios, como el de la imagen, contrastan con el cierre cada vez más amplio en muchas calles (ÓSCAR PINAL).
photo_camera Los nuevos negocios, como el de la imagen, contrastan con el cierre cada vez más amplio en muchas calles (ÓSCAR PINAL).
Agosto fue el peor mes de la última década, con solo 13 nuevas sociedades, mientras el número de disoluciones alcanza máximos

Los síntomas de la crisis siguen ganando presencia en la provincia de Ourense, ya que según las estadísticas del Registro Mercantil publicado esta misma semana, empiezan a encenderse las alarmas.  Agosto se convirtió en el mes con menor número de empresas constituidas desde que hay datos en la provincia de Ourense –2007–, justo antes del estallido de la crisis; y , al mismo tiempo, la cifra de empresas disueltas se eleva a los número de 2013, creando el saldo negativo más alto de la última década. 

Los datos de agosto corroboran una tendencia preocupante, mientras los negocios, especialmente el pequeño comercio, sigue bajando las persianas a pasos acelerados, y no encuentra sustitutos. En agosto solo se crearon 13 sociedades mercantiles en la provincia, una cifra jamás vista en los datos recopilados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El mes de agosto suele ser el más flojo del año en cuanto a la constitución de empresas, aunque nunca se había llegado a niveles tan bajos. Solo en agosto del año pasado (16), diciembre de 2015 (16), septiembre de 2016 (19).

En lo que ha transcurrido de año, se han creado en la provincia 241 sociedades mercantiles, según se recoge en el Registro, lo que supone una caída del 16,5% respecto a hace justo una década, cuando en plena crisis, todavía se habían creado a estas alturas del año 40 más que ahora. 


Grandes empresas


En los últimos meses, las aperturas se ligan principalmente a empresas grandes, multinacionales en la mayor parte de los casos, que empiezan a ocupar los espacios que dejaron vacíos comerciantes locales. Este mismo verano, comenzaba su actividad –a finales de junio– Cash Converters, con una tienda física en la rúa Curros Enríquez, y también se sumó la multinacional Leroy Merlin, que abrió en septiembre. 

La crisis pasa factura y se deja notar en todas las estadísticas que reflejan los organismos oficiales. La situación preocupa, los pequeños se ahogan y las únicas oportunidades surgen por la inversión o riesgo que acometen las grandes cadenas. 

También hay empresarios ourensanos que han decidido dar el paso. Es el caso de Gonzalo Carballeda, que decidió resucitar en agosto –una de las 13 empresas creadas en la provincia– la marca La Ibense, que está en toda España, y que ha conseguido con ello crear cinco puestos de empleo.

Son pequeños islotes en tiempos que recuerdan a la peor etapa de la crisis. A la cifra más baja de constitución de empresas se suma la cifra más alta –solo igualada a 2013– de disoluciones, lo que da buena cuenta de que las cosas, al menos, parecen torcerse. 


"Algo está cambiando en el crecimiento empresarial"


"El Registro Mercantil puede considerarse un indicador 'proxy' de la  buena o mala salud de la actividad empresarial.  Si bien no es  obligatorio que el empresario individual se inscriba en este registro,   es frecuente hacerlo para limitar la responsabilidad patrimonial del  cónyuge", explica Alberto Vaquero, profesor de Economía Aplicada del Campus. Este experto explica, que "sí que resulta obligatorio para las sociedades mercantiles. De ahí que sea fundamental conocer la evolución de  este indicador". 

En este sentido, si bien un indicador económico por sí solo "no debe ser utilizado para  justificar el inicio de un proceso de menor crecimiento", dice Vaquero, sí que le da a entender que "algo está cambiando en el crecimiento empresarial".  El  reducido crecimiento económico nacional e internacional que parece producirse "ha puesto en alerta a los potenciales emprendedores", subraya. 

Por otra parte, en cuanto al saldo neto entre empresas creadas y desaparecidas, es un indicio de preocupación, porque " se pueden crear no muchas empresas y que desaparezcan unas pocas y esto no tiene por qué ser malo. Lo importante es el saldo entre ambas magnitudes", concluye. 

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