Luis Jiménez participó en las jornadas sobre medio ambiente que organizaron ayer la Cámara de Comercio y el Parque Tecnológico, para analizar el desarrollo sostenible, es decir, crecimiento basado en el respeto al medio ambiente y que, a la vez, es económicamente viable, socialmente justo y éticamente responsable. 'Porque el desarrollo, o es sostenible, o no lo es. No hay desarrollo con contaminación o desigualdad', afirmó.
¿Cómo está España en desarrollo sostenible respecto a su entorno?
España tiene ventajas en algunos terrenos y desventajas en otros. Por ejemplo, tiene un valioso capital natural, al que hay que dar el valor que corresponde, porque se desprecia mucho. Somos el país con mayor riqueza biológica de Europa. Pero tiene mucha dependencia energética del exterior, lo que nos hace mucho más insostenibles, nos pone en situación de mayor dependencia y vulnerabilidad. Debemos aprovechar las energías renovables, que ahorran la factura del petróleo y, además, generan empleo local.
¿Y el sistema productivo?
Hay muchas empresas que tienen sistemas de gestión ambiental implantadas. Pero la cantidad no siempre es igual a calidad. También tenemos muchos municipios con Agenda 21 y eso no significa que todos los que la tienen sean más sostenibles. Que las empresas tengan una ISO 14000 o una EMAS es un avance, pero hay que ir mejorando continuamente.
¿Cuáles son los sectores que están peor y mejor?
La construcción no supo encaminarse para dar una salida sostenible a través de la rehabilitación ecológica y energética de los edificios, en vez de hacer nuevas ciudades. Pero la agricultura va mucho mejor, somos líderes en este campo y se ha duplicado en los últimos cinco años. Y Galicia tiene unas condiciones más favorables para ello.
¿La crisis coarta el desarrollo sostenible o, por el contrario, es una oportunidad?
Yo creo que es una gran oportunidad, porque el modelo que teníamos era bastante insostenible, poco eficiente, muy contaminante y despilfarrador de recursos. La aplicación de la ecoeficiencia permitiría ahorrar recursos, ganar eficiencia, ser más limpio y más competitivo a largo plazo. La crisis ayuda a que cambiemos, azuzados como estamos tenemos ser más eficientes y eso es ser también más productivos.
Existe el prejuicio de que ser sostenible es más caro.
Al contrario, porque implica ser más eficiente y eso es ahorrar. Pero hay que ser eficiente, y eso requiere cambiar la forma de producir. Por ejemplo: ¿para qué hacer más embalses, si ahorrando lo que se pierde por las canalizaciones antiguas que tenemos en España supondría hasta un 40%?
¿Se están aprovechando las oportunidades de empleo de estos sectores?
Sí, hay más de 550.000 empleos ya en España, en sectores tradicionales (gestión de residuos, agua), pero hoy vienen nuevas oportunidades, nuevos yacimientos de empleo en las renovables, turismo ecológico, agricultura, rehabilitación... La economía verde genera empleo verde, que es más estable y sostenible.
¿Cómo están las ciudades españolas en sostenibilidad?
En general, consumen más de lo que correspondería según el territorio de que disponen. La que más huella ecológica tiene es Bilbao, y la que menos es Badajoz. Lo que hay que hacer es que consuman mejor.
España tiene ventajas en algunos terrenos y desventajas en otros. Por ejemplo, tiene un valioso capital natural, al que hay que dar el valor que corresponde, porque se desprecia mucho. Somos el país con mayor riqueza biológica de Europa. Pero tiene mucha dependencia energética del exterior, lo que nos hace mucho más insostenibles, nos pone en situación de mayor dependencia y vulnerabilidad. Debemos aprovechar las energías renovables, que ahorran la factura del petróleo y, además, generan empleo local.
¿Y el sistema productivo?
Hay muchas empresas que tienen sistemas de gestión ambiental implantadas. Pero la cantidad no siempre es igual a calidad. También tenemos muchos municipios con Agenda 21 y eso no significa que todos los que la tienen sean más sostenibles. Que las empresas tengan una ISO 14000 o una EMAS es un avance, pero hay que ir mejorando continuamente.
¿Cuáles son los sectores que están peor y mejor?
La construcción no supo encaminarse para dar una salida sostenible a través de la rehabilitación ecológica y energética de los edificios, en vez de hacer nuevas ciudades. Pero la agricultura va mucho mejor, somos líderes en este campo y se ha duplicado en los últimos cinco años. Y Galicia tiene unas condiciones más favorables para ello.
¿La crisis coarta el desarrollo sostenible o, por el contrario, es una oportunidad?
Yo creo que es una gran oportunidad, porque el modelo que teníamos era bastante insostenible, poco eficiente, muy contaminante y despilfarrador de recursos. La aplicación de la ecoeficiencia permitiría ahorrar recursos, ganar eficiencia, ser más limpio y más competitivo a largo plazo. La crisis ayuda a que cambiemos, azuzados como estamos tenemos ser más eficientes y eso es ser también más productivos.
Existe el prejuicio de que ser sostenible es más caro.
Al contrario, porque implica ser más eficiente y eso es ahorrar. Pero hay que ser eficiente, y eso requiere cambiar la forma de producir. Por ejemplo: ¿para qué hacer más embalses, si ahorrando lo que se pierde por las canalizaciones antiguas que tenemos en España supondría hasta un 40%?
¿Se están aprovechando las oportunidades de empleo de estos sectores?
Sí, hay más de 550.000 empleos ya en España, en sectores tradicionales (gestión de residuos, agua), pero hoy vienen nuevas oportunidades, nuevos yacimientos de empleo en las renovables, turismo ecológico, agricultura, rehabilitación... La economía verde genera empleo verde, que es más estable y sostenible.
¿Cómo están las ciudades españolas en sostenibilidad?
En general, consumen más de lo que correspondería según el territorio de que disponen. La que más huella ecológica tiene es Bilbao, y la que menos es Badajoz. Lo que hay que hacer es que consuman mejor.
