La crisis del covid-19 estancó la capacidad de ahorro y gasto de los ourensanos

La paralización de la actividad económica también ha tenido consecuencias en el ahorro doméstico: en el primer trimestre del año apenas hubo cambios en la concesión de créditos o en los depósitos bancarios en la provincia. El Banco de España acaba de hacer públicos los datos sobre el dinero que los ourensanos habían confiado a las entidades financieras a 31 de marzo, con quince días ya de estado de alarma, y el ahorro ascendía a 8.741 millones de euros, mientras que el dinero concedido en préstamos era de 3.043 millones. Sobre los datos anteriores, referidos a 31 de diciembre del 2019, se produce un ligero descenso del crédito de entonces (3.048 millones) y un leve incremento del ahorro (8.687 millones). En ambos parámetros se percibe una ruptura de la tendencia de los trimestres anteriores y sobre marzo del 2019 se ve una congelación de la tasa de ahorro porque en el primer trimestre del pasado ejercicio el pasivo creció en 247 millones de euros, a razón de 2,7 millones cada día. La paralización del consumo, la restricción del gasto a mínimos imprescindibles justificarían el estancamiento del ahorro y el crédito. Isabel Iglesias, gestora y planificadora de finanzas, percibe que "confinados en casa nos hemos dado cuenta de lo que es una necesidad o un deseo en términos económicos". Defensora del ahorro familiar como elemento sustancial de planificación recuerda el clásico aserto de "guardar de las épocas buenas para las malas, contar con un colchón de emergencia que nos permita hacer frente a situaciones difíciles". Sin embargo, cuestiona que el depósito bancario sea la única fórmula de ahorro: "Lo único que estamos haciendo es perder dinero, hay métodos como fondos de inversión indicados para el objetivo que queramos alcanzar". Pese a que los bancos hace ya años que no priman el ahorro, los depósitos no dejan de crecer, aunque sea a menor velocidad. Ya en la crisis del 2008 se percibió con nitidez esta tendencia, que no dejaría de crecer hasta la actualidad. Por el contrario, el crédito sigue sin remontar. El economista Raúl González aprecia que "ahorramos muchas veces para no tener necesidad de financiación o para evitar sustos como la crisis del coronavirus, pero para una economía como la capitalista esto no es tan bueno". El crédito no ha sido una fortaleza para los ourensanos, que entran en el perfil conservador. Raúl González lo entiende pero cree que "así perdemos velocidad de crecimiento, un desarrollo más rápido porque si hay proyectos para innovar y no se financian, restamos capacidad de crecimiento".