Los municipios ourensanos próximos a la "raia" viven estos días una situación muy similar a la que se produjo a mediados del pasado mes de abril, cuando tuvo lugar otra huelga en el transporte de mercancías peligrosas en Portugal. Por aquel entonces, centenares de conductores del país vecino se vieron obligados a desplazarse al sur de la provincia para llenar los surtidores de sus vehículos debido a la crisis energética existente, formando largas hileras en las gasolineras fronterizas.
Hoy lunes, cuatro meses después, los trabajadores lusos del sector están de nuevo en pie de guerra y la imagen se ha repetido durante todo el fin de semana en localidades como Feces de Abaixo, Verín, Cualedro o Trasmiras. A pesar de que el Gobierno portugués -que decretó la semana pasada y de forma preventiva el estado de emergencia energética- ha fijado unos servicios mínimos de entre el 50 y el 100 por ciento a partir de hoy -del 100 por 100 para el suministro de combustible a servicios prioritarios- el miedo a quedarse sin gasolina está vaciando los surtidores lusos, pero también los españoles.
La situación parece ser peor en las grandes ciudades del interior de Portugal, en donde numerosos coches hacen cola para repostar de cara a sus vacaciones de verano. En los pueblos próximos a la frontera, la situación semeja estar controlada gracias a la proximidad de las gasolineras españolas. Se estima que en una treintena de puestos en Portugal hay escasez y en gasolineras limítrofes, como Feces de Abaixo, han tenido que solicitar más combustible del habitual e, incluso, los socios han tenido que hacer horas extra. Vecinos de localidades lusas como Vilar de Perdizes, Santo André o Montalegre se acercaban este domingo hasta la gasolinera Petronor de Cualedro, en donde a media mañana ya habían repostado más de una docena de vehículos portugueses. Muchas de estas personas eran trabajadores que necesitaban llenar sus coches para poder trabajar. Otros aprovecharon para llenar garrafas enteras de combustible ante la incertidumbre reinante en el país vecino.
El Gobierno luso dice que hay combustible para tres meses
Los servicios mínimos decretados por el gobierno luso han sido criticados por el representante del sindicato de transportistas, Pedro Pardal, quien, aseguró, serán impugnados. La Confederación General de Trabajadores Portugueses también ha mostrado su malestar con este decreto.
La huelga está motivada por el conflicto existente entre los transportistas de mercancías peligrosas -que piden que se cumpla el acuerdo que reconoce aumentos salariales-, y la patronal -la Asociación Nacional de Transportadores Viales de Mercancías- cuya negociación viene de tres meses atrás. En abril, esta situación dejó gasolineras totalmente desabastecidas, y problemas en el transporte público y la aviación. Se estima que hay en el país gasolina para tres meses aunque su venta se ha disparado un 100 por 100. De no cumplirse los servicios mínimos establecidos se ha preparado a agentes de las fuerzas de seguridad y militares para que conduzcan los camiones cisterna.
En una de las gasolineras BP, de Montalegre -localidad en la que algún punto de repostaje ya se quedó sin combustible durante el fin de semana-, afirmaban este domingo estar preparados para la huelga. Aunque notaron un incremento en el trabajo, tal y como explicaba ayer uno de sus trabajadores, Jose Manuel Luis, no podía precisar si la mayor afluencia de coches se debía al periodo vacacional o a la protesta.
"Nos dixeron que a folga é indefinida", aseguraba este domingo Juan José Feijóo, al otro lado de la frontera, en Feces. "Estamos notando moito movemento, porque tamén coincide coas vacacións. Xa descansaremos no inverno", añadió.
