Los comercios de ‘delicatessen’ para ‘gourmets’ mantienen su exclusiva clientela pese a la recesión

La crisis no llega al ‘Ourense sibarita’

El agua más cara y exclusiva, Bling.
Una botella de agua de 375 mililitros por 50 euros, eso sí, con su respectivo envase cubierto de cristales de Swarovski, o qué tal sal con oro y plata comestibles para aderezar la comida. Estos son algunos productos que el ‘Ourense sibarita’ ofrece a los paladares más finos del mundo ‘gourmet’.
Mientras muchos comercios de la ciudad cuelgan en sus escaparates carteles anunciando ofertas especiales, existe un sector comercial que mantiene su volumen de ventas: el de la gastronomía ‘delicatessen’. Ese que se nutre y da servicio a personas con un gusto delicado y exquisito paladar, conocedores de los platos de cocina más refinados y con la capacidad económica para ser catadores de la exclusividad de alimentos y bebidas. Algunos les llaman ‘sibaritas’.

En la ciudad hay una decena de comercios que ofrecen alimentos de la más alta gama. Además del ‘Gran Colmado’, de la calle Concordia, y del emblemático ‘Santorum’, en la calle Lepanto, destaca el comercio ‘Select’, en la calle del Progreso, especializado en galletas y bombones franceses de lujo. Sin embargo, en sus escaparates desfilan foie gras de pato, paté de hígado de oca, aceites y vinagres balsámicos sabor frambuesa, plata laminada para adornar postres fríos y ensaladas, aceite de argan (fruto seco de Marruecos considerado uno de los más caros del mundo), y por supuesto, los vinos y champagnes de la más alta gama. La dependiente de esta tienda, Tais Lotti, explica que la crisis aún no cruza el umbral de su puerta, ‘por lo menos no se ha notado’, lo que atribuye a que sus clientes ‘son gente selecta y con alto nivel adquisitivo’, por lo que los 200 o 300 euros que se dejan en el local al mes, no representa un gasto demasiado importante para sus bolsillos.

Paladar selecto


El recorrido sibarita continúa en el parque de San Lázaro, en una de las cinco franquicias que la tienda de origen belga ‘Chocolate factory’ tiene en Galicia. Este establecimiento adapta sus precios a cualquier bolsillo pues vende bombones, cestas y placas de cacao por gramaje. No obstante, como afirma su propietaria Belén Fraile, existen algunos productos exclusivos que ‘no son aptos para cualquier bolsillo’, como las cestas especiales que llegan a superar los 400 euros, y se componen, además de bombones, de mermeladas, chocolatinas con sal, pimentón, naranja, café o maíz.

En el apartado de las pastas destaca la ‘Pastelería Osi’, en el Parque de las Mercedes, cuyo producto estrella son las hechas con o sin relleno de origen italiano, pasando por los raviolis, tortellinis o gnochis. El establecimiento ofrece, además, varios tipos de algas, mermeladas ecológicas y paté de caza y de mar.

Entre la pastelería selecta figura ‘Fina Rey’, en la calle de la Paz, y especializada en la repostería artesanal de Allariz, con la torta de bispo, bizcocho con almendras, castaña y cabello de ángel; o torta real, con huevo, azúcar y almendras, de los que se venden más de 10 unidades diarias, según explica Ángeles Rodríguez, dependienta, quien señala que otro de sus productos estrella es el pastel ruso de Huesca, con almendras y huevo.


Con sólo dos años de vida, la tienda ‘Chocolate Factory’, franquicia creada por el maître Michel Laline, ha sabido introducirse en el gusto de buena parte de los ourensanos ‘adictos’ al dulce. Su propietaria, Belén Fraile, explica que la gente aún se sorprende de que exista una tienda tan especializada en el mundo del cacao; sin embargo, aclara que la respuesta de los interesados ha sido siempre ‘muy favorable’, pues a su parecer ‘deleitar el paladar es un capricho que hasta la gente en paro se da’.


La sal de oro y plata es utilizada comunmente en lo que algunos sibaritas llaman ‘la cocina de los kilates’. A pesar de que estos pigmentos de metales no tienen sabor, son buenos aliados para decorar un plato de lujo.


Considerada el agua más cara y exclusiva del mundo, la marca Bling fue creda por el guionista de Hollywood Kevin Boyd. Su precio varía según la cantidad de cristales cortados de Swarovski incrustados en el envase.


La plata laminada comestible es otro de los productos estrella preferidos por los gourmets. Se utiliza principalmente para decorar comidas frías como ensaladas, postres o incluso bombones y chocolates.


Los granos de café, en especial los de variedad arábiga, son otro de los productos de obligado consumo para los ‘gourmets’. En cuanto al te, el más exclusivo es el negro de la isla de Ceilán, en la India.


Nori, Arame o Hijiki son algunos tipos de las algas comestibles. Generalmente se acompañan con aceite o productos del mar, siendo idóneos los mejillones. La razón de consumir este producto procede de Oriente.


Las pastas importadas italianas son otro de los productos ‘gourmets’ que se pueden adquirir en la ciudad. Eso sí, su precio es relativamente alto si se comparan con otros productos similares de origen nacional.


El pastel ruso de Huesca , la torta de bispo, la tarta real y los dulces de almendras son los productos estrellas de la confitería y repostería ‘Fina Rey’, una de los locales más tradicionales de la ciudad en este apartado.



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